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El Club de los Viernes

En Podemos no son ignorantes

Podemos quiere borrar todo recuerdo épico de la extraordinaria historia de España.

El cadáver de José Calvo Satelo, tirado en una calle madrileña | YouTube

Han transcurrido siete años desde el nacimiento del movimiento 15-M y aún muchos ciudadanos y –lo que es más preocupante– muchos periodistas y analistas políticos siguen sin entender a Podemos y sin interpretar correctamente sus acciones y estrategias de comunicación. Esta falta de comprensión sobre la manera de pensar y actuar de la formación chavista ha quedado de manifiesto en las últimas semanas a raíz del cambio de nombre de calles emblemáticas en Barcelona y Oviedo.

En Barcelona le han retirado la calle al almirante Cervera y en Oviedo han cambiado el nombre a la calle Calvo Sotelo. Ante estos despropósitos, los medios de comunicación han reaccionado llamando ignorantes a los responsables municipales de Podemos, que en ambos episodios han recurrido argumentativamente a la Ley de Desmemoria Histórica, no derogada por Mariano Rajoy. Efectivamente, resulta esperpéntico que se escuden en el supuesto fascismo de tales prohombres. En el caso del primero, los hechos que motivaron su inclusión en el callejero barcelonés sucedieron treinta y ocho años antes del inicio de la Guerra Civil; en el de Calvo Sotelo también fueron anteriores a la misma, aunque sólo por unos pocos días.

El error de valoración de numerosos comentaristas consiste en achacar la retirada de los nombres a la ignorancia o el desconocimiento, en lo que es una imprudente minusvaloración del adversario fruto de cierta soberbia intelectual. Los dirigentes de Podemos pueden ser muchas cosas, pero tontos no e ignorantes tampoco, al menos en este tipo de cuestiones. Saben perfectamente quiénes eran las personas a las que quitan las calles, y precisamente por eso lo hacen.

El almirante Cervera fue un héroe militar español, uno de los últimos símbolos del Imperio. Un militar que, anteponiendo el honor de la Patria a su vida, llevó a cabo un desesperado y estéril intento por mantener la fama de bravura de la que el soldado español gozaba desde los tiempos de los Tercios. El recuerdo de esa heroicidad temeraria, en una Barcelona gobernada por independentistas hispanófobos, debía ser borrado, y eso es precisamente lo que han hecho cambiándole el nombre a la calle. Los motivos esgrimidos son lo de menos, no hacen falta razones históricas sino voluntad política, y de eso van sobrados. Pero no, no es cierto que lo hicieran por error, por ignorancia o desconocimiento; sino precisamente con conocimiento, porque el auténtico motivo para retirarle la calle al almirante Cervera era el de borrar su recuerdo a los barceloneses.

El caso de Calvo Sotelo en Oviedo es –si cabe– aún más doloroso, porque fueron precisamente los antepasados políticos de quienes ahora le retiran la calle quienes vilmente le asesinaron. ¿Creen acaso que el Gobierno municipal de Oviedo desconoce quién fue Calvo Sotelo y en qué circunstancias fue asesinado? ¡Por supuesto que no! Precisamente porque saben muy bien lo ocurrido y lo que significa, precisamente por eso, le cambian el nombre a esa calle. No podían permitir que una persona asesinada por los suyos tuviera una calle en la ciudad. Había que borrar de la memoria colectiva los crímenes cometidos en nombre de la ideología de gobierno municipal. Pero no, no es ignorancia, es maldad aplicada inteligentemente con propósitos políticos.

Podemos quiere borrar todo recuerdo épico de la extraordinaria historia de España. España sólo debe ser recordada por sus errores, por sus fallos; hay que exagerarlos y deformarlos, cuando no inventarlos. Así logran asociar el nombre de España sólo a lo negativo, escondiendo sus logros: su papel como imperio generador y civilizador, sus aportaciones a la cultura, la ciencia y la filosofía universales. La obra de olvido selectivo se culmina borrando los crímenes, los errores y la miseria provocados por los antepasados políticos de Podemos, propiciando el negacionismo del gulag, Paracuellos, las checas o las hambrunas provocadas en Ucrania. Es mediante este borrado selectivo –lo bueno de España y lo malo del socialismo– como reescriben la Historia y moldean los recuerdos colectivos de la sociedad española, que son la base sobre la que se modela el marco referencial del electorado y se generan las reacciones espasmódicas de estímulo-respuesta en el votante.

No minusvaloren a Podemos. Ellos saben lo que quieren, cuál es el camino para lograr la hegemonía cultural –antesala de la hegemonía política–, y no tienen ningún reparo en ponerla en práctica. Hoy los callejeros de dos ciudades españolas se han visto privados de dos personajes que ya nadie recordará. Ahora debemos presionar al Partido Popular y a Ciudadanos para que se comprometan a reponer las calles al almirante Cervera y a Calvo Sotelo –y a tantos otros– tan pronto como desalojen a Podemos de sendos Ayuntamientos.

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