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José García Domínguez

La manada populista contra Montesquieu

¿Quién dijo que los populistas habían perdido las elecciones en España?

Montesquieu no murió aquel día ya tan remoto en que el mediano de los hermanos Guerra anunció urbi et orbi su deceso. Montesquieu murió de verdad hace apenas unas horas, cuando los máximos dirigentes de tres de los cuatro partidos principales del Reino de España, los que juntos suman la mayoría absoluta de los escaños de las Cortes, corrieron a sus respectivas cuentas de Twitter para, cada uno por su lado, dejar a los pies de la manada de la opinión pública al tercer poder del Estado, el mismo cuya independencia presunta juran y perjuran defender el resto de los días del año. Y es que, por lo visto, los señores Rivera, Sánchez e Iglesias, entre otras prodigiosas cualidades, poseen la muy insólita capacidad para poder leer e interpretar 371 folios de densa y abstrusa prosa jurídica, los que abarca el contenido íntegro de esa sentencia de la Audiencia de Pamplona, en apenas una hora.

Así, con las impresoras aún humeantes tras verter esos 371 folios, a Rivera, Sánchez e Iglesias, a los que también habrá que suponer un documentado y meditado conocimiento de todos los pormenores del sumario (incluido el contenido de la prueba de cargo decisiva en el proceso, un vídeo de lo acontecido dentro de aquel portal que, en tanto que pieza declarada secreta, solo los tres jueces podrían haber tenido acceso a visionar), les faltó tiempo para enmendar la plana al Poder Judicial. De ahí que mientras que el grueso de los especialistas en Derecho Penal consultados por la prensa se siguen absteniendo de emitir juicios contundentes sobre el particular ante la dificultad para poder verter una opinión documentada, los tribunos Sánchez, Iglesias y Rivera, con sus respectivas mantas liadas a la cabeza, anden lanzados en busca del aplauso fácil y barato de la calle. Una calle previamente caldeada, y durante meses, por los mercaderes de morbo y morralla sensacionalista de las televisiones, que vieron desde que saltó el caso una fuente inagotable de maná en la explotación comercial intensiva de sus aspectos más sórdidos.

Porque en España se producen decenas de ataques sexuales contra mujeres en los que la componente de la violencia expresa y cruda, mediante por ejemplo el uso de navajas u otro tipo de armas blancas, resulta indubitada; ataques que muchas veces conllevan graves lesiones físicas para las víctimas. Y sin embargo los señores Sánchez, Rivera e Iglesias solo han concedido pronunciarse, y con la rapidez del rayo, en este no tan obvio que ahora nos ocupa. Pues a los señores Sánchez, Rivera e Iglesias lo que más les preocupa es no perder comba del populismo periodístico. Poco importaba que esos cinco sujetos del portal hubieran sido condenados a nueve años de prisión en una sentencia que todavía será recurrible ante dos instancias superiores más. Poco importaba porque los jefes de pista del gran circo de las televisiones ya habían emitido previamente su particular sentencia, la única que, legitimada por los medidores de audiencias, podía tener validez efectiva. Y de ahí, en la medida en que tres profesionales del Derecho se han atrevido a discrepar del inapelable veredicto popular, populista y populachero tras haber ocupado cuatro meses de sus vidas en elaborar un razonamiento jurídico conforme a los contemplado en nuestro Código Penal, la ira tuitera de Rivera, Sánchez e Iglesias haya caído sobre ellos. ¿Quién dijo que los populistas habían perdido las elecciones en España?

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