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Jesús Laínz

¿Será Rajoy militante de Esquerra Republicana?

Así se explicaría mucho mejor todo lo que ha sucedido y sigue sucediendo en Cataluña.

Lo que algunos malvados sospechábamos hasta no hace mucho consistía en que Rajoy era un infiltrado del PSOE para dinamitar el partido de la supuesta derecha desde su mismísimo puente de mando. Pues si no, no se comprendía fácilmente su admirable diligencia en incumplir todo lo prometido y continuar lo diseñado por Zapatero en todos los ámbitos: educativo, ideológico, histórico, lingüístico, autonómico, moral, fiscal, internacional…

Para creciente indignación de sus incautos votantes, las legislaturas presididas por Rajoy no han sido otra cosa que la prolongación de las legislaturas de Zapatero. Y su servicio final al PSOE, como ya ha adelantado, consistiría en volver a presentarse a las elecciones. Pues, vista la incontenible marea de votantes del PP deseosos de hacerle pagar sus traiciones todas juntas, sería la mejor manera de garantizar la desaparición del partido hoy gobernante.

Pero los acontecimientos de los últimos meses han alterado las sospechas. ¿No será más bien que Rajoy es un criptomilitante de Esquerra Republicana? Porque así se explicaría mucho mejor todo lo que ha sucedido y sigue sucediendo en Cataluña. Por ejemplo, ¿cómo es posible que el Gobierno tardara tanto tiempo en reaccionar ante un golpe de Estado que sus perpetradores venían anunciando desde hace al menos un par de años?

Limitándonos a lo más reciente, ¿cómo es posible que las medidas tomadas durante los gravísimos hechos de septiembre y octubre fueran tan tardías y débiles? ¿Y que, ante hechos flagrantes, Rajoy se dedicara a enviar cartitas a Puigdemont rogándole que explicase lo que estaba haciendo?

¿Cómo es posible que Rajoy diera órdenes a la Policía Nacional y la Guardia Civil de no difundir imágenes sobre la violencia desatada contra ellos para no incriminar demasiado a los golpistas? ¿Y que permitiera que TV3 siguiese sirviendo de enlace de organización del golpe en vez de intervenirla inmediatamente? ¿Y que dejase escapar a unos golpistascuya intención de burlar la ley era manifiesta?

¿Cómo es posible que, cuando las circunstancias no le dejaron más remedio que aplicar el artículo 155, Rajoy lo hiciera convocando elecciones en el mismo acto, elecciones a las que se pudieron presentar quienes seguían delinquiendo en ese momento? ¿Y que el Gobierno no haya tocado ni un átomo del adoctrinamiento totalitario en las escuelas y que incluso haya puesto en duda su existencia? ¿Y que haya renunciado expresamente a posibilitar la enseñanza en lengua española a los niños que la tengan por materna? ¿Y que esté dejando que TV3, cadena pública pagada con los impuestos de todos los españoles, siga obedeciendo a los intereses de los separatistas? ¿Y que permita que los Mozos de Escuadra sigan incumpliendo la ley y amparando actos sediciosos y terroristas?

¿Cómo es posible que ni Rajoy ni sus ministros muevan un dedo para contrarrestar la campaña de desinformación internacional de los separatistas que tan buenos resultados mediáticos y judiciales les está dando? ¿Y que Puigdemont se harte de dar ruedas de prensa sembrando mentiras por toda Europa y el Gobierno español haya sido incapaz de organizar una sola para desenmascararlas?

¿Cómo es posible que Rajoy declare su confianza en que las instituciones políticas y judiciales de otros países europeos resolverán un problema que tendría que resolver él como presidente del Gobierno español? Extraordinaria aportación a la doctrina de la separación de poderes: junto al Judicial, el Legislativo y el Ejecutivo, Rajoy ha inventado uno nuevo: el Poder Contemplativo. ¡Un presidente del Gobierno que renuncia a gobernar! ¡Que los problemas se resuelvan solos o que los resuelvan los demás, especialmente los jueces!

Tanta incapacidad, tanta pusilanimidad, tanta parálisis, tanta cobardía, no son fácilmente comprensibles sin un trasfondo oculto. ¿Será Rajoy un criptomilitante de Esquerra Republicana infiltrado en el Partido Popular para facilitar desde lo más alto el triunfo del partido de los golpistas Macià, Companys y Junqueras? Desde luego, ninguno de ellos ha conseguido, ni de lejos, los éxitos para su causa que está consiguiendo Rajoy.

Aunque quizá haya otra explicación, cada día más comentada y cada día en voz menos baja por muchos militantes e incluso dirigentes del Partido Popular: el chantaje. ¿Recuerdan las amenazas del intocable, inalcanzable e inimputable cabecilla de la banda Pujol sobre hacer tambalear el régimen si se le molestaba demasiado? ¿Será que, tras décadas controlando todos los resortes del poder en Cataluña, incluidos los servicios secretos, el Molt Honorable y sus acólitos disponen de grabaciones, documentos o imágenes gravísimamente comprometedoras para Rajoy u otras altas personalidades del régimen?

Quizá eso lo explicara todo.

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