Colabora
EDITORIAL

Cs, el voto útil del constitucionalismo catalán

La formación de Inés Arrimadas merece el voto de todos los catalanes que aspiran a que Cataluña deje atrás la pesadilla separatista.

Que los voceros del PP justifiquen el protagonismo de Mariano Rajoy en la campaña de Xavier Garcia Albiol como un intento de frenar el batacazo que las encuestas auguran al partido en las elecciones de este jueves es una auténtica desfachatez. El presidente del Gobierno es el gran responsable de la decepción que muchos catalanes constitucionalistas sienten con un PP remiso a combatir al nacionalismo en estos años de desafío secesionista a la Nación y el Estado de Derecho. El candidato popular, de natural combativo con el nacionalismo, se ha contenido en muchas ocasiones para hacer de correa de transmisión de ese decadente PP de Rajoy que no deja de ser el suyo –evidentemente, nadie le obliga a estar donde está–. Pero, por eso mismo, el presidente del Gobierno, más que un salvavidas, ha sido una tremenda losa para la candidatura de Albiol y una gran razón para que muchos votantes populares se decanten este jueves por Ciudadanos.

Por lo que hace al PSC, su pretensión de que el voto de los catalanes leales a la Constitución y a España se decante por Miquel Iceta resulta estupefaciente. La denuncia que formularon los socialistas ante la Junta Electoral de Zona de Barcelona contra Cs por lucir una bandera española junto a la catalana en su despacho del Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramanet –denuncia lógicamente desestimada– fue una verdadera infamia... harto elocuente. Si los socialistas no quieren saber nada de la bandera nacional para atraerse el voto del muy mal llamado "nacionalismo moderado", es problema suyo; lo que no pueden es impedir a los demás hacer uso de su derecho a lucir unos símbolos nacionales que, evidentemente, no son de carácter partidista. Si los socialistas se avergüenzan de su condición de españoles, no pueden aspirar al voto de los catalanes hartos de que se les margine y desprecie por saberse y proclamarse españoles. El PSC, en mayor medida aun que el PP de Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría, representa la condescendencia y el apaciguamiento ante un nacionalismo inherentemente antiespañol e insaciable. Iceta no sólo no ha reclamado en ningún momento una acción penal contra los golpistas que tanto daño están causando a Cataluña, sino que, para colmo, ha clamado por su indulto cuando ni siquiera han sido todavía condenados.

Así las cosas, no hay que extrañarse de que también el PSC pueda perder votantes en beneficio de Ciudadanos, por mucho que los pueda compensar atrayendo votantes nacionalistas o incluso de la facción podemosa contraria a la secesión.

Aunque Ciudadanos sea tan responsable como el PP y el PSOE en la tardanza de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, y de que se haya llevado a cabo con la disparatada finalidad de convocar unas elecciones autonómicas en Cataluña tan sumamente prematuras, el voto a la formación de Albert Rivera e Inés Arrimadas es el que mejor puede evitar un nuevo triunfo electoral de las formaciones golpistas. Ciudadanos es, con gran diferencia, la formación parlamentaria que con menos complejos ha combatido los liberticidas y empobrecedores delirios identitarios del nacionalismo. De hecho, para eso nació, tal y como parece haber recordado en los últimos tiempos. Por eso, tanto como por razones de utilidad, es la formación que merece el voto de todos los catalanes que aspiran a que Cataluña deje atrás la pesadilla separatista.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario