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José María Albert de Paco

Mediterráneo

Este jueves, Joan Manuel, a eso de las diez, cantaré "Mediterráneo" en la plaza de San Jaime. A tu pesar.

Joan Manuel Serrat | Archivo

Este jueves, Joan Manuel, a eso de las diez, cantaré "Mediterráneo" en la plaza de San Jaime. Siempre habría querido hacerlo como un borracho, esto es, tambaleándome y en solitario, pero las circunstancias han querido que lo haga como un loco; me acompañará, en efecto, todo un pabellón y no espero que te cuentes entre ellos. Entre otras razones, porque en los treinta y tantos años de nacionalismo que ha sufrido Cataluña jamás has dado un paso al frente para distinguirte de Cataluña. Eso sí, a tus 73 no has ahorrado un gramo de elocuencia para gritar que no, que "Mediterráneo" no ha de representar a quienes, aun en voz baja, hemos levantado una modesta objeción contra el atropello que supone el referéndum.

El juego y el vino, ay, entre la playa y el cielo. Imagina un mundo, Nano, ya no te digo un país, sino un mundo, en que Valderrama fuera un paria que tuviera que rajarse en busca de una peña arrabalera en que lo suyo fuera, en verdad, lo tuyo: "Sin ti mi cama es ancha". ¿No crees que España, fuerza canejo, es un refugio aseado? Cantaré "Mediterráneo", sí, y lo haré pese a tu patética desautorización, no fuera a confundirse tu obra con vete a saber qué.

Y, sobre todo, cantaré "Mediterráneo" porque, aunque pueda parecerte inverosímil, tú ya no guardas ninguna jurisdicción sobre "Mediterráneo".

Lo dijo Yosi, de Los Suaves: "Las canciones son de aquellos que las cantan".

Y yo, Serrat, me hice rumbero para no ser tú.

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