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Carmelo Jordá

La Gente™ que odiaba a la gente

A La Gente™ no le gusta la gente. Es más: a quienes no les votamos casi podemos decir que nos odian.

Pablo Iglesias | Libertad Digital

Venían a devolvernos la dignidad, poco menos que a salvarnos la vida que nos arrebataba la derechona a dentelladas de recortes; traían bajo el brazo la verdadera democracia con la misma naturalidad con la que Umbral llevaba la barra de pan; eran la misma sonrisa de un país, la decencia, hasta la patria, vaya.

Iban a ser el primer y genuino Gobierno de "la gente"; eran ya el pueblo hecho carne y tomando las instituciones… Hasta eso de las 10 de la noche de este domingo, momento en el que ante la crudeza del escrutinio se nos rompió el amor, ay.

A partir de entonces, y a tenor de lo que va diciendo la horda podemita en redes sociales, resulta que ese pueblo al que había que darle la dignidad y la vida no estamos muy seguros de que se merezca ni una cosa ni la otra: todo son fachas, pucherazos y, sobre todo, viejos asquerosos –y populares– a los que hay que limitar el derecho al voto por su evidente senilidad, innegable cuando vas y votas por ese Rajoy que les roba y tal y tal.

En resumen, a La Gente™ no le gusta la gente. Es más: a quienes no les votamos casi podemos decir que nos odian.

No debería sorprendernos mucho entre un partido y una militancia que, tal y como pudimos comprobar de nuevo este domingo, no sólo odia a muchos españoles, sino que se diría que no tiene demasiado cariño a España: ni una bandera rojigualda se podía ver allí donde los retoños de Iglesias festejaban su derrota.

No nos llama demasiado la atención en el partido cuyo líder denominaba "cutre pachanga fachosa" al himno nacional –y no, no se referían al merengue del PP que ha hecho estragos esta campaña–; el partido que detesta nuestro pasado, el que quiere cambiarlo todo, el que pide "un nuevo país", necesita "una nueva cultura" y hasta "nuevas canciones".

No es, en suma, una gran sorpresa en aquellos que han buscado sus referencias en Venezuela, Grecia e Irán, países en los que a la gente tampoco parecen irle muy bien las cosas. Pero, paradójicamente, eso es algo que no parece importarle mucho al partido de La Gente™.

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