EEUU está cambiando un Estado Islámico por otro
Teherán será la principal beneficiaria de la reconquista de Faluya.
La ofensiva iraquí para reconquistar Faluya quedó estancada hace un par de semanas, tras encontrarse con la feroz resistencia de los combatientes del Estado Islámico y mientras cundía la preocupación por todos los civiles, entre ellos 20.000 niños, que siguen atrapados en la ciudad. Pero se reanudará dentro de poco, y con toda probabilidad triunfará, si bien con un considerable coste en vidas humanas.
La pregunta es: ¿quién se beneficiará?
La Administración Obama y el Ejército estadounidense lo publicitarán como una gran victoria para Estados Unidos, el Gobierno de Irak y la lucha contra el ISIS. En realidad, será una victoria para Irán, más que para cualquier otro, por el destacado papel que las milicias iraníes han tenido en esta ofensiva.
Esta es una realidad que los funcionarios estadounidenses preferirían negar o confundir. Veamos, por ejemplo, lo que dijo el portavoz del Departamento de Estado, el almirante retirado John Kirby, el 1 de junio: "En la medida en que los vecinos de Irak van a desempeñar un papel ayudando a Irak a combatir contra el Daesh, queremos que ellos –que todos ellos– lo hagan de forma que no avive o incremente las tensiones sectarias. Pero eso, el enfoque inclusivo que se está adoptando, si puede ser eficaz en el campo de batalla, bien: entonces es algo bueno y, obviamente, queremos fomentarlo". Sólo a funcionarios estadounidenses se les ocurriría pensar que un acercamiento a las milicias chiíes puede describirse como “inclusivo”. (Estoy en deuda con Michael Pregent por reparar en estos comentarios).
ABC News llevó a cabo una reveladora investigación sobre las andanzas de esas milicias hasta el año pasado: estas brigadas sucias fueron a menudo "fotografiadas portando carabinas Colt M4 de fabricación estadounidense (en Connecticut), o conduciendo Humvees fabricados en Indiana, y torturando a víctimas o exhibiendo orgullosamente cabezas cortadas. El equipamiento de Estados Unidos acabó en sus manos, presumiblemente, por cortesía del Ejército iraquí".
The Wall Street Journal ha publicado un esclarecedor artículo sobre el comandante de facto de las milicias chiíes, que opera con el nombre de guerra de Abu Mahdí al Mohandes. (Se dice que su verdadero nombre es Yamal Jaafar Ibrahimi). Aunque nació en Irak, es un veterano agente iraní estrechamente vinculado a la Fuerza Quds y a su comandante, el general Qasem Soleimani, que hoy es probablemente el hombre más poderoso de Irak. Mohandes podría ser perfectamente el segundo o tercero más poderoso. No sólo controla las Fuerzas de Movilización Popular, como se conoce a las milicias, sino que también ejerce una enorme influencia sobre las fuerzas de seguridad más importantes del Gobierno. "Él aprueba las cosas, consigue dinero, consigue coches". El WSJ recoge las palabras de Moín al Jadhimi, un alto miembro de la Organización Bader, la principal facción de las Fuerzas de Movilización Popular.
Antes de alcanzar su destacada posición actual, Mohandes dirigió un ataque, con apoyo iraní, contra Estados Unidos y las embajadas francesas en Kuwait en 1983, crimen por el que fue condenado en rebeldía por un tribunal kuwaití. Más recientemente, fue uno de los principales impulsores de los Grupos Especiales, también con apoyo iraní, que importaron un tipo de explosivos particularmente potentes conocidos como penetradores explosivamente formados (o EFP, por sus siglas en inglés), que pueden atravesar el blindaje de los vehículos americanos. Estos EFP se cobraron un peaje muy alto en vidas y extremidades estadounidenses antes de que EEUU se retirara en 2011.
Mohandes "ha aparecido desde entonces en fotos de reuniones con el primer ministro y los funcionarios de Defensa", y “su atuendo de color beis guerrilla contrastaba con los trajes oscuros del resto”, observaba el WSJ. "Ha estado supervisando operaciones de las milicias contra el Estado Islámico, con el objetivo, dice, de acabar capturando Mosul, el bastión militante de mayoría suní. Apareció hace unas semanas en el centro de control de Faluya, dirigiendo operaciones de las Fuerzas de Movilización Popular por toda la ciudad".
Esta es, pues, la persona a la que está ayudando Estados Unidos con sus ataques aéreos sobre Faluya. Estados Unidos cuenta con la tranquilidad de que Mohandes –por ahora– no está tomando activamente como objetivo a personal estadounidense. Pero existen pocas dudas de que estará encantado de hacerlo en el futuro si eso sirve a los intereses iraníes.
Por el momento, sin embargo, Irán y sus milicias pueden aprovechar la intervención estadounidense en Irak en beneficio de sus propios intereses. Como le gusta decir a Mohandes: "Los americanos podrán tener los cielos, pero nosotros tenemos la tierra". Podría ir un poco más lejos y admitir que el control estadounidense de los cielos está facilitando que las milicias controlen la tierra. Es un precio muy alto, en realidad inaceptable, por el repliegue del Estado Islámico. Estados Unidos está, a todos los efectos, sustituyendo a un Estado Islámico por otro, el que tiene su sede en Teherán. No es un sacrificio que nos convenga o que tengamos que hacer.
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