Anguita
Anguita no es Lenin: sólo es alguien que en 2015 pone como ejemplo a Lenin y lleva medio siglo defendiendo la criminal dictadura que éste fundó.
El pasado domingo, Papel, el suplemento de El Mundo, publicaba la siguiente entrevista:
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Pregunta - Jean Marie Le Pen, usted fue uno de los primeros que avisó de los problemas que traía acarreada la inmigración. ¿Siente que el tiempo le ha dado la razón?
Respuesta - Un poco, pero a burro muerto, la cebada al rabo... Eso sí, me duele un poco, por las críticas que recibí entonces.
P - Hace tiempo dijo que le gustaría volver a ser diputado sólo por un día...
R - Sí que lo dije... Para subir al estrado y decir: «¿Y ahora qué, hijos de puta?»
(…)
Le Pen se pone tierno cuando habla de su nieta, Marion, que en 2012 fue elegida a la Asamblea Nacional francesa como la parlamentaria más joven de la historia: "Es fascista... Ha sabido adaptar las ideas de Mussolini a las actuales circunstancias".
R - Explíqueme eso.
P - Cuando llegó al poder, la gente se esperaba una consigna revolucionaria de Musolini, pero él dijo: "No, no, Italia para los italianos, recuperar la grandeza de Roma, unir al pueblo, trabajo y justicia". Un fascista que plantea la revolución de golpe es un imbécil disfrazado. En cambio, un fascista verdadero sabe contar las cosas con sentido común. Cuando Marion dice "nosotros y ellos", todo el mundo la entiende.
P - ¿Tiene remedio Francia?
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Bueno, admitámoslo, la entrevista no fue ésta exactamente. En realidad, Papel entrevistó a Julio Anguita. Y le preguntó si la historia le daba la razón y le preguntó sobre Pablo Iglesias, al que Anguita compara (como un elogio, por supuesto) con Lenin.
Uff, suspiro de alivio. Porque no es lo mismo Anguita que Le Pen. Éste es un fascista y aquél es un buen hombre, un poco gruñón, quizás algo fuera de la realidad, pero sincero y honrado, que lleva defendiendo las mismas ideas desde hace medio siglo. ¡Pero si vive de su pensión y tiene un coche de hace 15 años! ¿Cómo iba a permitir El Mundo una entrevista en la que le preguntan a Le Pen si siente que el tiempo "le ha dado la razón"? ¿O una en la que pone de ejemplo a Mussolini y el periodista no le interpela por los crímenes del italiano o por los muertos de la Segunda Guerra Mundial?
No, lo que El Mundo publicó fue una entrevista en la que le preguntan a un tipo que era secretario general del Partido Comunista de España en 1988 si siente que la historia le reivindica. Y responde que sí… y pasamos a la siguiente pregunta. Una entrevista en la que un tipo pone como ejemplo a Lenin (un psicópata genocida, el fundador de la dictadura más terrible y criminal que nunca ha conocido la humanidad, el ideólogo de un régimen que mantuvo tiranizados a cientos de millones de europeos durante medio siglo)… y pasamos a la siguiente pregunta.
Anguita, como Le Pen, es un hombre que habla claro y que no ha cambiado. Anguita, como Le Pen, es coherente. Anguita, como Le Pen, conecta con muchas de las preocupaciones del ciudadano medio. Anguita, como Le Pen, lleva medio siglo defendiendo a algunas de las tiranías más terribles, algunos de los dictadores más contumaces, algunos de los sátrapas más sanguinarios que hemos conocido. Eso sí, al contrario que a Le Pen (un apestado en los medios de comunicación que, en las pocas entrevistas que le hacen, se ve sometido, con razón, a interrogatorios feroces), a Anguita le vemos dando lecciones en La Sexta o Cuatro día sí y día también y recibiendo entrevistas-masajes, con una mezcla de pleitesía ante el padre de la patria retirado y condescendencia hacia el idealista que no ha logrado sus sueños.
Quizás yo no sea justo con Anguita. Quizás es porque uno de mis primeros recuerdos políticos tiene que ver con este comunista andaluz. Debía ser el año 1988-89, poco después de su nombramiento como secretario general del PCE. Participaba en un programa de TVE y uno de los presentadores le preguntó por la URSS. Y entonces, él se puso a explicar que aquel país no era como nos lo habían contado.
No hablamos de un intelectual inglés confundido en la década de los 20 por el brillo de la propaganda marxista. No, hablamos de un político español en 1988: después de las hambrunas, de la colectivización de la tierra, del Archipiélago Gulag, de la Primavera de Praga, de Budapest 1956, de Solidaridad en Polonia, del Muro de Berlín… Pues bien, Anguita, que dirigía un partido hermanado con el PCUS, defendía en 1988 a aquel régimen criminal.
Y no ha cambiado de opinión. Pongan ustedes "Anguita-URSS" en Google o "Anguita-Fidel Castro" y verán lo que encuentran (por ejemplo, éste vídeo de Canal Sur, en 2013, no es un caso único). Si le aprietan mucho, reconoce algunos "errores y horrores" en la historia de la tiranía soviética, para explicar a continuación que la URSS fue la primera "que dio de comer a los rusos" o asegurar que "el hundimiento de la Unión Soviética ha sido una catástrofe". ¿Se imaginan a alguien hablando de "errores y horrores" de Hitler y comparándolos con la economía alemana entre 1933 y 1939? ¿Se imaginan a alguien que dijera sobre una dictadura fascista, como hace Anguita sobre Fidel Castro en 2013, que los cubanos "han sabido defender su dignidad"?
Pero claro, si la tiranía es comunista, los millones de muertos importan menos.
Anguita no es Lenin. No. Los crímenes de Lenin son suyos. Lenin fue el que creó los campos de concentración, el que promovió el miedo como el mejor medio para someter al disidente, el que fundó los Tribunales Revolucionarios y les otorgó el encargo de diseminar el terror de masas, el que en febrero de 1918 promulgó un decreto ordenando fusilar "sobre el terreno" a todos "los agentes enemigos, contrarrevolucionarios, especuladores, merodeadores, gamberros y otros agitadores contrarrevolucionarios". Cuando uno de sus ayudantes protestó por ese decreto y le dijo: "¿Por qué nos molestamos en tener una Comisaría de Justicia? ¡Llamémosla francamente, Comisaría para el Exterminio Social y que actúe de esa manera!". Lenin fue el que contestó: "Bien dicho, así es exactamente como debería ser, pero no podemos decirlo". (La Revolución rusa, Orlando Figes, capítulo 11, “La revolución de Lenin”)
Ése era Lenin (por cierto, también conocido por su austeridad y su desprecio de los lujos) y la responsabilidad de sus actos es sólo suya. Repito: Anguita no es Lenin. Anguita sólo es alguien que en el año 2015 pone como ejemplo a Lenin y que lleva medio siglo defendiendo y justificando la criminal dictadura que Lenin puso en marcha.
Y el periodista no es Anguita. El periodista no justifica ni defiende el régimen de la URSS. El periodista sólo es alguien a quien en el año 2015 le ponen a Lenin como ejemplo y pasa a la siguiente pregunta.
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