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Amando de Miguel

Vamos a no decir más tonterías

Empieza una nueva época política, incluso un nuevo régimen. Estupenda ocasión para pulir un poco el lenguaje de nuestros mandamases.

Empieza una nueva época política, incluso un nuevo régimen. Estupenda ocasión para pulir un poco el lenguaje de nuestros mandamases. Les doy de balde algunas sugerencias:

1. Es la ocasión para que se discuta una ley electoral para evitar los partidos que son más bien grupos de presión, pues representan solo una parte del cuerpo electoral. Les basta con unos pocos diputados o concejales para ser la llave de componendas y pactos que desplacen al partido más votado. Suelen llevar nombres muy expresivos, como Alpujarreños de Abajo, Opción Alpujarreña, Alpujarreños en Común, Independientes de la Alpujarra, etc. Vienen a ser la herencia de los viejos caciques. Otras veces responden a la vieja táctica del Partido Comunista.

2. Por favor, señores de la política, absténgase del palabro sostenibilidad y derivados. No significa nada. Lo peor es cuando quiere decir que la cosa nos va a salir más cara.

3. Debe quedar claro que la verdadera energía renovable es la hidroeléctrica. Normalmente exige construir más embalses. No son obras franquistas. Todas las demás renovables son un timo para el contribuyente y una bicoca para algunos empresarios y políticos.

4. Cuidado con el abuso del adjetivo inteligente aplicado a una máquina, una institución, una ciudad, cualquier cachivache. Solo las personas son inteligentes. Ni siquiera el pueblo lo es, aunque se presente como ciudadanía.

5. La calificación de "progresista" o "de progreso" resulta sumamente ambigua, cuando no engañosa. En la práctica significa arbitrar dinero público, de la manera más discrecional posible, para fines privados o ideológicos. Es también una forma de ocultar que se unen fuerzas socialistas y comunistas.

6. Un nuevo galimatías es el que se establece con la llamada "renta básica universal". Equivale al viejo sueño anarquista del reparto. Consiste en que a todos los empadronados nos van a dar unos ingresos fijos, una especie de beca. Es evidente que con una medida así (que costaría un congo) disminuirían las ganas de trabajar y de prepararse para ello. Equivaldría a la antesala de una nueva y más profunda crisis económica. Lo de "universal" es ya el bodrio del ludibrio del manubrio.

7. Mis queridos conciudadanos, no confíen mucho en las proclamas de "transparencia" de los políticos. Suelen ser los que luego se reúnen en los reservados de los restaurantes de cinco tenedores, cuya cuenta pagamos todos los pecheros. ¿Cómo van a ser transparentes los Consejos de Ministros si sus miembros juran no divulgar lo que en ellos se dice? Mayor opacidad no cabe. Bastaría con que las decisiones de los gastos públicos, desde el Rey a la última pedanía, se pudieran conocer con detalle por todos los contribuyentes.

8. No me hagan demagogia con la rebaja de los sueldos de los políticos. Las oportunidades de medro que tienen los mandamases, aunque solo sean las legales, superan con mucho el sueldo establecido. Añádanse los mil privilegios, dietas y gastos pagos.

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