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Federico Jiménez Losantos

Rivera entrega Madrid a Rajoy y Sánchez la Moncloa a Podemos

Pocas cosas me han irritado más que ver dedicado a tareas de letrina para el partido de Bárcenas a un líder que he apoyado cuando nadie lo hacía.

EFE

El Estado más corrupto del mundo occidental es, muy probablemente, la dictadura venezolana. La cubana es aún más despótica, pero en ella, como en todas las dictaduras comunistas que duran varias décadas, la gigantesca corrupción del Estado está matizada por las infinitas corruptelas de la burocracia del Partido y la picaresca delictiva de la población. Venezuela, según los datos acopiados por el Departamento de Justicia norteamericano, basados en denuncias de altos cargos del régimen de Caracas que formaron parte del círculo íntimo de Chávez, Maduro y Diosdado Cabello, sería un narco-estado cuyo ejército, dirigido por el número 2 del régimen, actuaría como base logística del tráfico de cocaína desde las bases colombianas de las FARC -siempre protegidas por los Castro y Chávez- al resto del mundo.

En la época de Reagan, esta denuncia de la Justicia norteamericana podría entenderse como un arma más de la lucha contra el comunismo. En la de Obama, no. Si el Zapatero de Chicago se ha entregado de lleno a una causa, esa no es la de acabar con el comunismo en el Caribe, como prueba la repugnante capitulación ante Cuba y la rendición apenas disimulada ante el islamismo, cuya facción iraní, por cierto, es antigua aliada de Caracas. La denuncia de Venezuela como dictadura narcotraficante cabe entenderla, a mi juicio, como un episodio típico de un país con verdadera división de poderes, en el que el Ejecutivo no controla siempre el funcionamiento de los tribunales y en el que las investigaciones del Pentágono o la CIA, una vez en manos de la Fiscalía, no hay quien las pare. Ni la Casa Blanca.

Por otra parte, Obama sí ve en la creación de narcoestados en México, Centroamérica y el Caribe una amenaza a medio y largo plazo para la seguridad de los USA. Una cosa es que el cannabis se venda con receta en California y otra muy distinta que las bandas y maras que trafican con la coca, el crack y las drogas de diseño que mutan continuamente en los laboratorios del narcotráfico se hagan con Estados enteros de México y amenacen el sur de los USA. Ni un bobo tan solemne como Obama es tan ciego. O ni siquiera a Obama le dejarían serlo.

Podemos, enemigo de la democracia española

Digo esto porque la situación política española, que ha entrado en un terreno de aceleración y turbulencias nunca visto desde la implantación de la democracia en 1977 y del régimen constitucional en 1978, debemos analizarla a la luz de un factor hasta ahora inexistente en España: un partido comunista cuya raíz ideológica, política y financiera está en Venezuela, sin que le falten coqueteos mediático-económicos con el régimen iraní. Ese partido comunista es el encabezado por Pablo Iglesias, que tras un eclipse en las encuestas y un resultado mediocre en las municipales y autonómicas del 24M, se perfila, gracias a la política suicida de PSOE, Ciudadanos y PP como el previsible ganador de las Elecciones Generales de Noviembre. Con todos los elementos a su favor –aplastante mayoría mediática, complicidad judicial, frivolidad o rendición a Podemos de los partidos constitucionales- Iglesias puede emprender la liquidación del régimen de libertades y la implantación progresiva de una dictadura populista a la venezolana.

Tanto Rajoy como Pablo Iglesias aspiran a que en Noviembre las dos listas -cerradas y bloqueadas- que disputen la Moncloa sean PP y Podemos. Y tanto Rivera como Pedro Sánchez han dado en estas últimas dos semanas pruebas de que están dispuestos a facilitar ese plebiscito anunciado en New Left Review por Iglesias antes de las elecciones del 24M. Snchz ha optado por aliarse con Podemos sin condicionar esta alianza a la ruptura con organizaciones filoterroristas como ETA-Bildu o separatistas como ERC. Al revés, Podemos ha entregado Pamplona a Bildu, que según sentencia del Supremo –ignorada políticamente por el Constitucional- es parte de ETA. Y el PSOE de Sánchez, enfrentado internamente al de Susana Díaz, ha dicho que su proyecto es el de Iglesias: barrer al PP de la vida política. Es decir, el mismo de Podemos, que es el guerracivilismo de Largo Caballero actualizado por Zapatero, gran padrino junto a Bono del pacto con Iglesias.

La bolivarianización del PSOE de Sánchez se parece mucho a la bolchevización del PSOE de Largo y Prieto tras perder las elecciones de 1933, proceso que tras el golpe de Estado de 1934 contra la República nos encamino a la guerra civil de la mano del Frente Popular de 1936. la bolchevización del PSOE fue una estrategia criminal y suicida, denunciada antes de la guerra por Besteiro, líder de los socialistas contrarios a esa tendencia, en un libro esencial: el de Gabriel Mario de Coca "Anticaballero". Al final, Besteiro, Wenceslao Carrillo y los anarquistas de Cipriano Mera acabaron enfrentándose a los socialcomunistas del Gobierno de Negrin que querían prolongar , el servicio de Stalin, una guerra perdida, y lo hicieron en una batalla de tanques en la Castellana, para rendirse a Franco, que, por desgracia, no entendió el gesto patriótico de Casado y los demás. Pero una facción de la izquierda española, la de ZP, Sánchez y Podemos prefiere olvidar en qué acabó la bolchevización de 1933 a 1939. Y cree que, sin Ejército ni Iglesia, la "media España que no se resigna a morir" del 36, esta vez se resignará. Y debo decir que, con líderes como Rajoy, puede que sea así. Pero no será toda España. Eso, jamás.

La "media España que no se resigna a morir" en la checa venezolana veía –y temo que será ya siempre pretérito imperfecto- en Albert Rivera el sustituto de Rajoy que podía derrotar en las urnas a Iglesias. Si la gran corrupción totalitaria, la de la Nación y la Libertad, la de la Constitución, es la del proyecto comunista de Podemos, se supone que un partido que dice que hace de la lucha contra la corrupción su prioridad política debería estar organizando ese frente constitucional y democrático contra los podemitas, que, cuando aún no tienen los inmensos recursos del Gobierno, no sería difícil derrotar.

Sin embargo, lo que dice que hace Rivera y lo que hace con lo que dice es muy distinto: después de dos semanas de marear la perdiz, investido por sí mismo pontífice de la ética y la moral pública, el hombre que vendió la candidatura europea de 2009 a Libertas y al imputadísimo Miguel Durán sólo ha acometido una tarea: la de desacreditar, cuartear, dividir y humillar al PP de Madrid, que depende de sus votos para mantener la Comunidad. Y ello con un único fin, que los diarios sorayescos ya no ocultan: liquidar el poder autónomo que representaba Esperanza Aguirre frente a Rajoy. Dado que Rajoy es el gran responsable de la derrota del PP en toda España, necesita de un agente exterior para tomar esa última cota y alzarse con la candidatura de Noviembre. Y Rivera está tomando Madrid… para Rajoy.

Pocas cosas me han irritado más que ver dedicado a tareas de letrina para el partido de Bárcenas a un líder y unas siglas que he apoyado cuando nadie lo hacía, porque defendían España y la Libertad precisamente en la misma trinchera que empecé a excavar yo mismo en 1979, cuando publiqué Lo que queda de España en Barcelona. Ver a Rivera poner más y más condiciones dizque contra la corrupción, dos nuevas al día, para facilitar la Comunidad de Madrid a la que ganó las elecciones, Cristina Cifuentes y no al perdedor, Gabilondo, el que se cargó las primarias del PSOE, el del Gobierno infame de Zetapé, el del partido que pacta con Podemos y y acepta entregar Pamplona a la ETA y Valencia a ERC, confieso que me saca de quicio. No porque un político más traicione la confianza ciudadana, que es destino ineluctable en la lucha entre el Poder y las libertades, sino porque pudiendo ser el verdugo de Podemos, Albert Riverase ha convertido en el aliado del PP de Bárcenas. Rivera asegura que Rajoy sea la alternativa a Iglesias y Snchz que Iglesias sea la alternativa a Rajoy. De un bipartidismo corrupto vamos a pasar, si C's no cambia, a un bipartidismo plebiscitario más corrupto aún. Tal vez, eso no pasa por creer que cuatro partidos nos engañarían menos que dos.

¿Y qué votaremos en Noviembre?

Muchos lectores de LD y oyentes de esRadio se y nos preguntan: ¿no hay entonces esperanza de regeneración? ¿No queda un solo partido al que votar en Noviembre, seguros de que va a defender la Nación y la Libertad? La respuesta es tristemente obvia: nunca está asegurada la Libertad; menos aún por el Poder político, que tiende siempre a demediarla y vulnerarla. Si en la opinión pública los partidos políticos encuentran un freno, un cauce, una dirección que deben asumir si no quieren desaparecer, tal vez lo harán. Veremos. Tal vez Rivera cambie. Tal vez en Noviembre, con el PP huésped de todos los banquillos, vuelva a perfilarse como la única alternativa a Podemos. O no. Quedan seis meses para las Generales. Aún pueden pasar –y seguro que pasarán- muchas cosas.

Pero en estos días de decepción –porque la hay, a qué negarlo- lo único que debe quedar claro es que vamos a seguir defendiendo lo mismo de siempre: nuestra nación, nuestra libertad; que son el suelo que pisamos y el aire que respiramos. Los políticos que nos acompañen, bienvenidos sean. Los que nos abandonen, adiós. Como escribí aquí el 24M, el voto es sólo el medio, la libertad es el fin. Los partidos deben servirnos, y si no nos sirven, nos desharemos de ellos. Mientras llega Noviembre, el invierno de nuestro descontento, mírese Rivera en el espejo del CDS de Suárez y en el de la UPyD de Rosa Díez. Se le está poniendo cara de centro prescindible.

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