No son lobos solitarios
Estos asesinos disponen de una formación militar que solo puede adquirirse de expertos militares, no de terroristas suicidas.
El análisis de los vídeos y de la forma de proceder de los terroristas en el ataque contra Charlie Hebdo, muestran el primer atentado organizado por el Estado Islámico en Europa. Es producto de una planificación, está realizado por profesionales bien formados que siguen una directriz política dictada desde algún lugar remoto y que tiene todos los ingredientes para la implantación de un ambiente generalizado de terror en Europa.
Los terroristas siguen una instrucción política, asesinar a una publicación que ataca los principios religiosos y políticos que interpreta el Estado Islámico. Buscan el asesinato directo del director y de los periodistas por haber pecado contra el Islam, así entienden su justicia. No pueden permitirse todo este operativo para fracasar porque ese día el director tenga una indisposición. Sin duda hay una planeación detallada y una labor de vigilancia del objetivo en la que participan personas distintas de los ejecutores durante días o semanas.
Estos asesinos disponen de una gran sangre fría y de una formación militar que solo puede adquirirse de expertos militares, no de terroristas suicidas. Sus movimientos en la escena del crimen demuestran gran seguridad de que han paralizado a todo el entorno. Los dos terroristas se bajan del coche y cubriendo los dos laterales de la calle, con los AK-47 se dirigen a rematar al policía con un disparo seguro a tres metros con un fusil que tiene gran retroceso. No necesita acercarse, se trata de un tiro directo, en semi automático sin utilizar mirilla a tres metros de distancia, mientras el otro se asegura de que nadie se oculta tras las coches al otro lado de la acera. Cuando regresan al coche mientras un tercero espera dentro, uno tiene tiempo de recoger una zapatilla del suelo.
En su enfrentamiento con los policías se posicionan en medio de la calle, no junto a la pared o detrás del vehículo como vemos en las películas. Un vehículo no es protección contra los disparos y además permite centrar el blanco. Su actitud en medio de la calle casi de perfil es la mejor manera de esquivar los disparos, salvo que enfrente se tenga a un experto en el uso de armas, pero pistolas frente a Kalashnikov ofrecen un desequilibrio a favor de estos últimos y los terroristas lo saben.
En la seguridad de que van a ser identificados al saberse perseguidos y vigilados, no dudan en dejar huellas y hasta documentación. Seguramente deciden dar vueltas por media Francia y con toda seguridad son los mismos autores del asesinato de una agente al día siguiente. En lugar de comprar gasolina con dinero que sí tienen, asaltan la gasolinera con pasamontañas, buscando crear un clima de impunidad y de terror generalizado. Seguramente saben que acabarán inmolados o en un enfrentamiento con policías. Ese es un final que ya tenían escrito desde que fueron reclutados para una operación quirúrgica contra un objetivo que se suponía protegido por las fuerzas de seguridad y que era la punta de lanza de la libertad de expresión en Europa.
Las armas debieron llegar desde Siria, pero no parece que se trate de una entrega aislada de solo dos armas que se saben serán decomisadas. No sabemos por dónde han entrado esas armas y cuantos franceses, españoles o alemanes islamistas han sido formados en Siria e Irak y han sido enviados como células no vigilantes para atacar en el corazón de Europa. A estas alturas no sería extraño pensar en algunas decenas. Cuando las fronteras son tan porosas, y el flujo de refugiados desde las zonas de conflictos crece cada día, la posibilidad de que nuevos terroristas lleguen a Europa es cada vez mayor.
Lo preocupante es saber que la policía identifica y hace seguimiento de estas células, pero no es capaz de saber cuando viajan y regresan de Siria, y muchos menos de hacer una labor de inteligencia dentro de estas organizaciones. Estos terroristas identificados nunca deberían haber llegado a la escena del crimen. Lo cierto es que el ISIS ha comenzado a trasladar su escenario de conflicto a Europa, buscando generar un ambiente de enfrentamiento social en el continente al pairo del crecimiento de los movimientos xenófobos. Esa situación de conflicto civil sería el mayor triunfo de los terroristas. Pero lo que sí tengo claro es que si bien esta batalla se va a librar en Europa, la guerra se ganará o perderá en Siria e Irak. De ahí que Occidente deba dejar viejas rencillas y de hacer política de partido con una amenaza tan seria y tome conciencia de que la respuesta militar liderada por Obama y seguida por los países europeos debe ser determinante para conseguir eliminar esta amenaza y los países musulmanes moderados deben ser los aliados naturales de esta gran coalición, porque ellos están también amenazados por los terroristas. Al menos en Francia no acusan a Hollande vinculando la respuesta militar contra el yihadismo con el atentado terrorista en Francia, al menos en eso los franceses han mostrado una fortaleza moral que se echó en falta en algunos momentos en España.
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