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EDITORIAL

El abandono de las víctimas del terrorismo

Ninguna figura del Gobierno ni de la oposición ha tenido un gesto de solidaridad acompañando a las víctimas en su homenaje.

Ayer tuvo lugar un modesto pero emotivo homenaje de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, cuyos integrantes recorrieron, en solitario, localidades del País Vasco donde la banda terrorista ETA perpetró algunos de sus más sanguinarios atentados. Como viene siendo habitual, las víctimas estuvieron solas rindiendo este homenaje a sus seres queridos asesinados por el terrorismo nacionalista, sin que ninguna figura relevante del Gobierno ni la oposición hiciera acto de presencia en un mínimo gesto de solidaridad.

Las víctimas del terrorismo se han convertido en un elemento molesto en la actual estrategia compartida por las principales fuerzas políticas, basada en el olvido a cambio de que los asesinos dejen de matar, cuyo exponente más siniestro es la amnistía encubierta que está poniendo en libertad a los terroristas más sanguinarios sin que exista obligación legal para ello, por más que la clase política intente disfrazar su tropelía aludiendo al fallo de Estrasburgo sobre la "doctrina Parot".


No es casualidad que el presidente del Gobierno no hiciera mención a este escandaloso asunto en su resumen político del año que ahora termina, a pesar de su extraordinaria gravedad. Tampoco el Jefe del Estado, en su mensaje tradicional de Nochebuena, tuvo a bien pronunciarse sobre este agravio sin precedentes a los españoles asesinados por el terrorismo separatista, más allá de una mención sentimental al dolor de las víctimas no le compromete a nada.

Paralelamente, los presos etarras han realizado una proclama en la que fingen asumir su responsabilidad en lo que denominan "daño multilateral", que sin duda será saludado por la mayoría de medios como un gran avance en la solución del problema del terrorismo y el fin de la ETA. Desde luego, nosotros no vamos a sumarnos a este coro de la vergüenza, que aplaude un fingido gesto de asunción de responsabilidades como si ello justificara vulnerar la legislación penitenciaria aún más de lo que ya se está haciendo por parte del Gobierno y la Justicia. Con más de 300 crímenes sin resolver, cometidos por esos mismos presos y sus cómplices huidos de la Justicia, sería un cruel sarcasmo y una ofensa póstuma a las víctimas en la que Libertad Digital no va a participar.

Este año ha sido sin duda el peor para las víctimas del terrorismo desde que los asesinos decidieron dejar de matar, ya veremos si definitivamente. La operación para deslegitimar a las asociaciones de víctimas emprendida por el PSOE de Zapatero está siendo culminada por el PP de Rajoy en cumplimiento de una agenda perfectamente acordada de antemano. La soledad de las víctimas en los últimos actos convocados certifica el éxito de una operación de hondo calado, que la sociedad española en su conjunto, desgraciadamente, también ha dado por buena.

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