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Daniel Pipes

Egipto como referencia

Aquellos que deseamos ver destruido al bárbaro movimiento islamista debemos apoyar la campaña de Sisi, aunque nos distanciemos de algunas de sus tácticas.

Desde que el general Abdul Fatah al Sisi derrocara a Mohamed Morsi el 3 de julio, el Gobierno encabezado por los militares se ha dedicado a reprimir ferozmente a los Hermanos Musulmanesy, en general, a los islamistas (aunque algunos de ellos, como los salafistas del partido Nur, que juegan sus cartas con cautela, por ahora han evitado los problemas).

La campaña no sólo ha sido violenta –con más de mil muertos– y legalista –con la Hermandad prohibida y su cúpula encarcelada–, sino en buena medida cultural, económica y religiosa. Incluso la menor muestra de aprobación a los Hermanos Musulmanes puede meterle a uno en líos con los vecinos, cuando no con el Estado. Un amplio sector de la población apoya la represión y la exige. He aquí alguno de los numerosísimos ejemplos de ello:

El resultado de estas actuaciones tiene muchísima importancia, no sólo en Egipto, sino mucho más allá. Si la represión lograra aislar, debilitar y destruir a los islamistas, otros la copiarían en otros lugares. Pero si fracasa, la campaña quedará desacreditada y no se repetirá.

Por tanto, todos aquellos que deseamos ver destruido al bárbaro movimiento islamista debemos apoyar la campaña de Sisi, aunque nos distanciemos de algunas de sus tácticas.

© elmed.io - Daniel Pipes

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