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Cristina Losada

El PSOE y el analfabeto con título

Se ponga el PSOE como se ponga, no hay manera de entender esa marcha atrás cualitativa sin incorporar los efectos de la Logse.

Los adultos españoles andan fatal en comprensión lectora y matemáticas, de acuerdo con un estudio de la OCDE en 23 países desarrollados. Hemos quedado penúltimos en la capacidad para entender textos y somos farolillo rojo en mates. El Ministerio de Educación ha apreciado en los datos una correlación entre la implantación de la Logse y el estancamiento en la mejora de la capacidad cognitiva. Al instante, el Partido Socialista, autor de aquella ley, contraatacó con un texto simple que no presenta dificultades de comprensión: le echó la culpa a la dictadura de Franco.

La portavoz Soraya Rodríguez lo dijo así: "Nuestra situación de partida era muy mala, con un atraso provocado por 40 años de dictadura". Bien, también era mala la situación de partida en Taiwán y Corea del Sur, que en 1960 tenían tasas de alfabetización del 54 y el 71 por ciento respectivamente, inferiores a la de España entonces, y hoy se encuentran entre los países que presentan mayores éxitos educativos. En unas cuantas décadas fueron capaces de remontar aquellas condiciones desfavorables y situarse entre los mejores. ¿Por qué será? Algo hicieron, que en España no se hizo. Aunque sería más exacto decir que se deshizo.

Por cargar a la dictadura las deficiencias culturales de los adultos entre 16 y 65 años, el PSOE ha puesto las orejas de burro a los más viejos. Achaca el mal desempeño a los que no disfrutaron de las maravillas de esa ley suya que, con algún cambio menor, rige el sistema educativo desde 1990. Hombre, eso es muy feo y además es incierto. Porque hoy tenemos más escolarizados que hace sesenta años, como tenemos también más universitarios (un 32 por ciento, la media de la OCDE), pero si entramos en la calidad, el retroceso es palpable, como muestran todos los informes PISA de evaluación de escolares.

Se ponga el PSOE como se ponga, no hay manera de entender esa marcha atrás cualitativa sin incorporar los efectos de la Logse. Es, además, absurdo que nieguen su influencia cuando salen a la luz las deficiencias en conocimientos y habilidades cognitivas. A fin de cuentas, lo que confirman esos datos es que aquella ley logró sus objetivos. Téngase en cuenta que, para las doctrinas pedagógicas que la inspiraron, el propósito de la escuela no es transmitir el legado cultural ni impartir conocimientos. De modo que, en vez de renegar de las consecuencias de tal ruptura con la tradición, el PSOE debería enorgullecerse. Enorgullecerse, en particular, de haber contribuido a alumbrar la figura hoy recurrente del analfabeto funcional. Gran avance, sí. Antes no había analfabetos con título.

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