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EDITORIAL

Baleares, asediada por el pancatalanismo

Los nacionalistas no pierden comba a la hora de agravar la crisis nacional. Y en todos los casos con el concurso de los socialistas.

El presidente balear, José Ramón Bauzá, se comprometió electoralmente a que el conocimiento del catalán dejase de ser un requisito para convertirse en un mérito a la hora de acceder a la función pública. También prometió acabar con la inmersión lingüística en catalán para permitir a los padres la libre elección de lengua vehicular en la enseñanza.

Se trata de dos promesas que el PP balear ha cumplido parcialmente, habida cuenta de que la modificación de la Ley de Función Pública, aprobada por el Parlamento autonómico en julio de 2012, prevé algunas salvedades a la exención de la obligación de conocer el catalán, como en los casos del personal docente, los lingüistas al servicio de la Administración y los funcionarios que ocupen puestos de atención al público.

Así mismo, la promesa de acabar con la coactiva hegemonía del catalán en las escuelas no se ha llevado a cabo mediante la libre elección de lengua vehicular, sino por un modelo trilingüe que pone en pie de igualdad el español, el catalán y el inglés.

A pesar de la contención de ambas reformas, los socialistas baleares, entregados a las pretensiones pancatalanistas, recurrieron ante el Constitucional la reforma de la Ley de Función Publica, reforma que acaba de recibir el aval del Alto Tribunal.

Está por ver, sin embargo, que este varapalo que acaban de recibir sirva para que socialistas y nacionalistas desactiven la bochornosa huelga política que, con el concurso de los independentistas catalanes, mantiene prácticamente paralizada la enseñanza pública en las islas desde hace tres semanas, y que ya ha causado un aluvión de solicitud de padres que reclaman a la Consejería de Educación el traslado de sus hijos a centros concertados.

Lejos de acomplejarse y de negociar con quienes de forma tan flagrante se rebelan contra la democracia, la Constitución y la autonomía de las Islas Baleares, el Gobierno de Bauzá debería someterlos a la legalidad, manteniéndose leal a esa inmensa mayoría de ciudadanos que le han otorgado su voto, que no son ni se sienten catalanes y que se niegan a que su españolidad y su propia identidad balear sea borrada por esa entelequia de los Països Catalans.

Lo que está claro es que los nacionalistas no pierden comba a la hora de agravar la crisis nacional que padece España, ya sea en Cataluña, en el País Vasco o en Baleares. Y en todos los casos con el concurso de los socialistas.

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