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Carmelo Jordá

Se venden principios, razón CiU

Lo de Rajoy es patético, lo de Bárcenas indigno y lo del PP para llorar, pero anda que lo que viene detrás...

Anda la oposición revuelta con el embarcenamiento de la cosa nacional, y se anuncian las mociones de censura en busca no del poder, que Rubalcaba ya ha demostrado de sobras que el poder no le interesa –es tan desinteresado él–, sino de salvar a la madre Patria.

Esa madre Patria, achacosa y renqueante, diríase que en muletas como el monarca, que ya no tiene cuerpo para resistir a un Bárcenas, que ya no la ve Rubalcaba joven y lozana. Tan joven y lozana como cuando podía aguantar con Filesa, Malesa, Time Export, mihemano, Roldán, el Banco de España, el GAL y hasta la cal viva. No, esa era otra España –en la que Rubalcaba también mandaba, por cierto– y tenía mucho más aguante.

Así que el del PSOE va a presentar una moción de censura, o eso dice, que también dijo que iba a presentar su declaración de la renta y aquí seguimos esperando. Lo hace, creo yo, empujado por los suyos, con un entusiasmo perfectamente descriptible y, sabedor, como lo saben los que prácticamente le obligan a dar el paso, que todo lo que puede sacar del empeño es otro revolcón parlamentario y que Rajoy salga de la cámara más fuerte de lo que entre.

Ya antes de que se haya presentado algunos han anunciado un apoyo prácticamente incondicional, como los de Rosa Díez, que sólo pide la convocatoria de elecciones; o los de IU, con Cayo Lara loco por verse en las urnas antes de que el indignado Garzón le levante la merienda.

Pero, sin embargo, la reacción más interesante ha sido la de CiU, que ya se ha comprometido a votar la moción de censura siempre que el candidato se comprometa a su vez a apoyar la sacrosanta consulta. "Estos son mis principios, si no le gustan, páguenme otros", les ha faltado decir.

La cosa nos revela varios detalles, cada uno con su propia guasa: primero, que a los de CiU la corrupción no les escandaliza mucho y todavía les importa menos. Es lógico, pillados como están tanto los convergentes como los unionistas cada uno con su propio escándalo de financiación ilegal, pero qué lejos queda aquello del oasis, ¿eh?

Segundo, que a la hora de hacer chantaje, Bárcenas es un pipiolo y los catalanistas-nacionalistas unos consumados especialistas: ni regeneración ni gaitas, con el "qué hay de lo mío por delante" hasta en las circunstancias más comprometidas y, sobre todo, más comprometedoras.

Tercero y peor: que si ellos lo piden es porque saben que algunos son capaces de dárselo, para ello tienen una buena experiencia en estas lides de la extorsión política, en los cambalaches indignos de votos por carreteras, competencias o derechos, según se cotice la cosa en esa almoneda otrora llamada Congreso de los Diputados.

Lo de Rajoy es patético, lo de Bárcenas indigno y lo del PP para llorar, pero anda que lo que viene detrás...

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