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Amando de Miguel

El inglés ubicuo

El modo de decir las cosas en español es a la pata la llana, con la verdad por delante, caiga quien caiga. Así nos va.

Las glorias y desdichas de nuestra lengua común pasan por la creciente influencia del inglés. Mi experiencia académica me dice que los militares españoles se mueven con facilidad por los textos en inglés, lengua que desconocen la mayor parte de los sociólogos. Extravagante conclusión.

Luis De Alfonso anota que en la versión española de las películas norteamericanas se utiliza profusamente la exclamación "¡Genial!". Es una palabra que raras veces aparece en la conversación de los españoles. No lo había pensado. Supongo que ese genial es la traducción de terrific, que tanto se emplea en los Estados Unidos, sobre todo por los jóvenes. Equivale a genial, estupendo, bárbaro, cojonudo y otras exclamaciones parecidas. Los argentinos dicen "macanudo". Es una mezcla de asombro y alegría que sirve para hacer más amables las conversaciones.

Aurora hace una crítica despiadada de los subtítulos en español que acompañan a algunas películas en versión original. Asegura que "parecen hechos por analfabetos". Cita como ejemplo una película en la que el protagonista sube a un taxi y dice al taxista que le lleve "al 13 de Rita Bach". La escena siguiente es la del taxi que llega a un edificio con este rótulo: 13, rue Tabac. Bueno, puede ser un caso lamentable, pero mi impresión general es la contraria, que los rótulos suelen estar muy bien hechos. La prueba la tenemos en la forma en que traducen el fuck inglés. Es un taco poco imaginativo, que en español responde a muchas otras palabras distintas, según el contexto. El rótulo suele proponer un equivalente diferente para cada ocasión. En ese caso la traducción imaginativa es fácil, pues los tacos son mucho más variados y expresivos en español. Por ejemplo, el fuck podría ser en algún caso poner los cojones sobre la mesa. Un norteamericano se desmayaría si tuviera que decir una cosa así.

Maribel Torbeck, desde su retiro en las Montañas Rocosas, inquiere el significado de esa moda reciente de decir "tangencial". Efectivamente, procede del inglés. En español es una palabra técnica de la Geometría que raras veces se puede introducir en la conversación ordinaria. En inglés equivale a decir que algo es de pasada, superficial, sin entrar en mayores profundidades. Creo que viene bien el neologismo. Es algo parecido a los "daños colaterales" de la jerga militar. El inglés es un idioma apto para las relaciones diplomáticas por las sinuosidades que emplea. Contrasta con el modo de decir las cosas en español, a la pata la llana, con la verdad por delante, caiga quien caiga. Así nos va.

Doña Maribel confiesa, de paso, su admiración por el arte de Norman Rockwell, el famoso ilustrador de muchas revistas norteamericanas de hace más de medio siglo. Lo curioso es que ese estilo, típico de la época de exaltación anticomunista en los USA, se parece mucho al constructivismo. Esa escuela fue coetánea de la revolución bolchevique en la URSS. Pasó pronto y dio origen al realismo socialista de la época de Stalin, realmente su degeneración. Es uno de esos casos en los que los extremos se enlazan, Rockwell y la estética del leninismo. En ambos supuestos el factor común es la glorificación de la vida cotidiana, del hombre medio. Sería del mayor interés que las embajadas de los USA y Rusia promovieran en Madrid una exposición conjunta de Rockwell y los constructivistas soviéticos. Sería un homenaje a la superación de la llamada Guerra Fría.

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