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Siria: ¿Hacia una Libia II?

La presencia de yihadistas entre los rebeldes sirios es aún más clara de lo que lo fue en la revolución libia.

El encuentro, el pasado día 12 y en Marraquech, de un centenar de delegaciones en el marco de la Cuarta Reunión del Grupo de Amigos de Siria hace recordar demasiado el atropellado proceso de reconocimiento de una estructura de oposición al régimen de Muamar el Gadafi, en marzo del año pasado. Dicho reconocimiento fue esencial para facilitar todo lo que vino después en Libia, y ahora puede estar ocurriendo lo mismo con respecto al régimen de Bachar Asad.

Tras haberse creado –en Turquía y el día 7– un órgano de coordinación militar, el Consejo Militar Supremo (CMS), en Marraquech se ha acometido la conformación del necesario órgano político-diplomático que facilite la cascada de reconocimientos internacionales, principio del fin del régimen de Damasco. El Consejo de Asuntos Exteriores de la UE del pasado día 10 ya sirvió para llevar el asunto a la Unión –con Francia y el Reino Unido en vanguardia, igual que el año pasado en Libia–. Bueno será que nos preguntemos por las consecuencias inmediatas de tal aceleración de los acontecimientos.

El régimen sirio está siendo objeto de una importante ofensiva por parte de la oposición, confusa mezcla de actores en que la presencia de yihadistas es aún más clara de lo que lo fue en Libia. Al Nusra se ha convertido en una herramienta fuerte, muy dinámica y letal, con elementos nacionales y extranjeros en sus filas; el Consejo Nacional Sirio trata de desmarcarse de ella, pero lo cierto es que no le hace ascos en el campo de batalla. Hasta EEUU –valedor, como muchos europeos, del CNS– ha querido marcar distancias e incluido –la semana pasada– a Al Nursa en la lista de grupos terroristas del Departamento de Estado. Cabría preguntarse qué efectos reales van a tener medidas como ésta si sobre el terreno se está apoyando a cualquiera que se enfrente a Asad. Qatar, que –como ya hizo en Libia– está volcado en el socavamiento del régimen sirio, tampoco distinguirá entre el CNS, su herramienta militar ­–el CMS– y Al Nusra, y las consecuencias serán terribles.

Con importantes bases militares en manos de yihadistas, otras asediadas por éstos, un embargo de armas –renovado por otros tres meses por la UE el pasado día 10– que a quien de verdad afecta es al régimen de Asad y un caos creciente, con consecuencias nacionales y regionales (ataques de rebeldes sirios a cascos azules austríacos en los Altos del Golán a fines de noviembre, violentos choques armados entre alauitas prosirios y sunitas partidarios de los rebeldes en la ciudad libanesa de Trípoli en los últimos días, etc.), cabe preocuparse por la evolución de los acontecimientos. Aupar en Marraquech como líder opositor a un antiguo imán, Ahmed Moaz al Jatib, permite vislumbrar el inmediato futuro.

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