Colabora
Jeff Jacoby

Romney puso a Obama contra las cuerdas

Anoche Romney parecía Mohamed Alí, ligero como una mariposa, punzante como una abeja. Y puso a Obama contra las cuerdas.

Barack Obama llevaba cuatro años sin pasar por un debate presidencial televisado de altos vuelos televisado. Mitt Romney ha protagonizado muchos de ellos en los últimos 18 meses. Ambas cosas fueron evidentes anoche.

En vísperas del debate, los sondeos decían que una amplia mayoría de votantes esperaba que Obama ganara los tres enfrentamientos programados. Pero anoche el presidente no sólo no dejó fuera de combate a su rival, sino que hubo momentos en que parecía que ni siquiera se acordaba de cómo atarse los guantes. Tema tras tema, intercambio tras intercambio, Romney estuvo centrado, interesante, claro, enchufado; Obama, en cambio, continuamente parecía distraído, irritado, difuso. El exgobernador de Massachusetts estaba pletórico, gustándose; el presidente parecía que no quería sino que pasara el tiempo cuanto antes y se acabara tan penosa noche.

No escuché nada del otro mundo, pero Romney sí dejó ciertas frases memorables. Las decenas de miles de millones de dólares que la Administración ha despilfarrado en compañías energéticas verdes, se mofaba, revelan que Obama no elige entre ganadores y perdedores, sino que sólo se queda con los perdedores. A la repetida acusación presidencial de que las propuestas fiscales de Romney conducirán inevitablemente a una subida de impuestos a la clase media, el candidato republicano replicó afablemente que, como padre de cinco hijos, estaba acostumbrado a que le mintieran una y otra vez con la esperanza, por parte de los mentirosos, de que la reiteración hiciera la mentira más convincente.

Cuando le pidieron que citara gasto público en el que quisiera recortar, con desparpajo aludió a los fondos que recibe la cadena pública PBS. "Lo lamento, Jim", le dijo sonriendo al moderador, Jim Lehrer, un icono de la PBS. "Me gusta la PBS. Me gusta la Gallina Caponata. ¡Hasta tú me caes bien!". Por el contrario, un Obama agriado se lanzó contra Lehrer cuando pensó que éste le había escamoteado cinco segundos en un turno de réplica.

En fin, que anoche Romney parecía Mohamed Alí, ligero como una mariposa, punzante como una abeja. Y puso a Obama contra las cuerdas.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario