Sin pretender culpar a nadie de nada, lo que me llamó mucho la atención es que en la inspección de la Policía encontraron unos restos calcinados y dijeron que eran "de animales" y asunto concluido.
Dejando a un lado que los niños pertenecían al reino animal (habrá que precisar que animal es), no entiendo como se puede pasar por alto que alguien tenga una especie de horno crematorio en casa. Cuando a uno le muere un animal, lo entierra, o eso es lo que se hizo siempre; no conozco a nadie que "creme" un animal en casa. Últimamente los ganaderos están obligados a requerir los servicios de organismos que si proceden a la cremación del animal, pero antes los enterraban.
Es posible que esto que digo tenga una explicación coherente, en cuyo caso pido disculpas por no estar informado suficientemente y opinar a pesar de ello.
[esther_m, insisto, Mao, lerelele]
Como yo, a diferencia de Vds, me he manifestado totalmente conforme con las reflexiones de Cristina, entiendo que, con su venia implícita, me está permitido insistir en su alabanza y, si bien se quiere entender, defenderme (defenderlas).
En ningún lugar del artículo se dice o se insinúa que los españoles seamos una maravilla. Todo lo contrario: se viene a decir que no lo somos. Cristina critica los excesos de catastrofismo y de derrotismo colectivo; lo que se manifiesta hasta en los asuntos más banales, como el número de medallas en la Olimpiada, o más aleatorios o circunstanciales, como los incendios forestales o los errores policiales. Cierto que también lamenta el que Unamuno, Baroja y Azorín ya fueran precursores de esa visión en negro de la España de su tiempo, pero ¿es que, aunque deslumbrados por su literatura, no dudamos de su ecuanimidad?. Cierto que todos aprovechamos en los comentarios para arrimar el ascua a la sardina de nuestras obsesiones; pero, eso disculpado, pregunto ¿han leído bien a Cristina?.
Saludos
Naturalmente que todo el mundo se equivoca.
Pero un error se comprende y se perdona,si no se dispone de medios para realizar esa labor,si algo se puede confundir por su gran similitud con otra cosa,si varias personas consultadas caen por lo que sea en el mismo fallo.
Un catador de vino,jamas confundiría un rioja con agua.
¡Ah, que no es un desastre, que va bien! Ya. Dígaselo a la madre de los dos niños asesinados ( y a tantos otros españoles) que si no toma la iniciativa se queda sin saber lo que, en el fondo, ya sabía ella y casi toda España, pero la desastrosa e inútil perita obvió. Pero sí era un desastre no coger un vuelo porque había huelga de controladores. Así nos va, es un desastre lo que, personalmente, nos conviene que sea.
Normalmente estoy de acuerdo con usted, Doña Cristina, pero creo que en este caso, mata usted a los mensajeros.
Dichos literatos del 98 no hicieron otra cosa de hacerse eco de vicios ancestrales que lastran a nuestra nación, los cuales, por otra parte, se ven compensados por otras virtudes individuales, como la capacidad de trabajo, de comunicación, y excepcional talento y arrojo para acometer cualquier empresa de una gran mayoría silenciosa que se ha acostumbrado a pensar que las cosas son así, y no pueden ser de otra forma.
EL "tremendismo" que usted parece citar es, precísamente, ese lamento de impotencia del que sabe que hay formas mejores de hacer las cosas, y que en mi opinión no se hacen, sobre todo, a por la anacrónica estructura social y política de nuestro estado.
Porque lo de menos son las Olimpiadas, y eso de los crímenes y la policía (para que vea que esto no es nuevo para nada, recuerde que la familia de Francisco Holgado de Jerez todavía espera saber quién o quienes asesinaro a su hijo, y para qué hablar de las de las niñas de Alcácer).
Todo esto son serpientes de verano que la mayoría de ustedes, los periodistas, sacan para distraernos, mientras que no comienzan las cosas importantes para ustedes del curso, que consisten básicamente en defender a los míos, y echar basura sobre los otros, mientras el pueblo, la gente, expoliada por lus suyos y por los otros, siguen chupando del presupuesto y de sus privilegios.
Podríamos conformarnos y mirar al que está peor que nosotros, y decir que en todos lados cuecen habas, como parece extraerse de su artículo, pero me parece esa una actitud demasiado conservadora para este país y estos tiempos, la cual normalmente no le suelo observar.
Un cordial saludo de un rendido admirador de (casi) todos sus artículos.
Esto es debido al ascenso por el efecto "vacío", luego, el ascendido, se rodea de gente mas incapaz que él, además, elimina a todo aquel que le pueda hacer sombra, hasta que vuelve a ser agraciado por otro ascenso por efecto "vacío", mientras el puesto que ha dejado "vacío", se ocupa por unos de los inútiles que le rodeaban...
Así funciona España.
Cristina, si por pensar y escribir a contracorriente, paro con rigor y clarividencia, no se le prodigaran las alabanzas que merece, me es grato y creo justo reiterarle hoy la mía. Lo verdaderamente lamentable, me parece a mí, es que el derrotismo y la iconoclastia venden, y, porque venden, en él se sumergen tantos profesionales de la comunicación y de la opinión que dependen del "share" para sostener y acrecentar su "modus vivendi" ayudando a éste, su "señor". ¿Que eso también prolifera en las redes sociales?. Son, zoologizadas, meras monas, imitadoras de la praxis dominante en los medios. Claro que peor aún es que esas técnicas de "marketing" se compren. Ésa es la cuestión. Paciencia, y barajar.
Con afecto
Tiene usted razón.España va bien.¡Ah! y cuando me quejo quede, claro que no lo hago por la situación económica personal que atravieso o por la que preveo atravesaré. Es que soy de natural protestón y de otra parte, en algo tengo que entretenerme.
Unamuno, Baroja y Azorin me parecen mas preclaros y acertados que Vd.
No intente defender lo indefendible, asi no se levanta España.
Nuestro hipercriticismo es en base a una realidad incontestable. Para solucionar un problema, como minimo, lo primero es constatar su existencia, hacerlo publico. En eso estamos, flipando en colores de la podredumbre que nos inunda.
Por supuesto, deseamos soluciones... no solo quejarnos...
España ha sido siempre así.
La mediocridad y la envidia siguen campando
Es un país como argentina, maravilloso y lleno de españoles y argentinos.
Y habrá que pagar, digo yo.
Ni Baroja ni Unamuno, ni Azorín son tan "guay"
Más bien corrienticos