¿A qué clase de pazguatos pensará éste que se dirige?
Hace poco adulteraba, previas pretenciosas apelaciones a abstractas racionalidades, una enjundiosa controversia, cual es el aborto de embriones malformados, con la insidia de no sé qué martillos misóginos destructores de libertades individuales y sutiles argumentos como la infalibilidad del millón de moscas coprófagas o “esto huele a moro”.
Creo que la eugenesia se puede defender, sin necesidad de insultar a la inteligencia, sobre la base de la responsabilidad paterna y ciertos postulados. Todo lo demás sobra.
Ahora el figura ni siquiera se molesta en disimular su radical desprecio a la libertad individual y nos prohíbe las drogas insultando nuestra dignidad. Pero prefiero no calificar la insidiosa relación que se permite a cuenta de la guerra contra el terrorismo. Rebasar ciertos límites en la adulteración del debate es peor que ofensivo, es ridículo.
El autor hace una serie de afirmaciones sobre lo que ocurrirá "con toda certeza" si se legalizan las drogas que no tienen ninguna base científica o económica. Por el contrario, lo que si sabemos es que tanto las mafias que se dedican a su comercialización como todo un montón de gente y organismos que se dedican a luchar contra ella, están haciendo grandes negocios con la situación actual. Hoy por hoy, la droga es un negocio muy rentable que no paga impuestos y que nos cuesta un dineral a los contribuyentes. Creo que revertir esa situación no es "capitular" sino "reflexionar".
El autor haría bien en replantearse sus críticas desde la primera raíz de su pensamiento.
La legalización de las drogas minimizará el daño que estas hacen pues:
1) reducirá el incentivo a crear nuevos drogodependientes
2) reducirá el incentivo a hacer negocio con sus producción/distribución
3) reducirá el número de accidentes asociados a adulteraciones y/o dosificación incorrecta
4) permitirá que individuos que hoy ocupan su tiempo en conseguir droga pasen a ser -al menos parcialmente- productivos
5) por supuesto, se reducirá la delincuencia
6) se reducirá el enorme coste que tiene para la sociedad, que en gran medida se traduce en impuestos más altos y menos renta disponible
No sé de mucha delincuencia asociada a la producción y distribución del tomate.
Dicho todo esto (que en realidad sería innecesario), partiendo de la base de que imponer a los demás los criterios propios por la fuerza es inmoral, a nadie le tendría que suponer un problema entender que las drogas no tendrían que estar prohibidas.
Mario Vargas Llosa, una vez más, demuestra ser un lúcido pensador.
Hace muchos años, más de veinticinco, que pienso que en el asunto de las drogas, la legalización universal es la única solución.
Me cuesta estar en desacuerdo con Goligorsky, pero esta vez lo estoy.
Y, por otro lado, #berdonio, ten cuidado con el Cariñena, guapo, que se te va mucho la olla.