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La apología del funcionariado

Se oculta el verdadero problema, que es el del sinfín de enchufados en la Administración Pública, por ejemplo, "los asesores de origen político y trabajo eventual" y los "chiringuitos que se utilizan para apesebrar a los afines.

punt dijo el día 3 de Agosto de 2012 a las 14:24:

¿Cómo que "los funcionarios, o los 'trabajadores públicos', como ahora se dice"? Ambas cosas no son iguales.

El funcionario accede a su puesto por oposición y tiene su empleo blindado (con su puesto en propiedad) como medida para mantener estable la plantilla de la Administración, sin que los vaivenes políticos de los distintos gobiernos se traduzcan en la criba y sustitución de los funcionarios según sea su color político.

El empleado público es simplemente el que trabaja para el Estado y cobra de él, pudiendo ser funcionario o no. Si no es funcionario, no tendrá su contrato blindado y, por descontado, será el primero que se ponga de patitas en la calle, junto al interino, a la hora de los recortes.

Un saludo.

Madaleno dijo el día 3 de Agosto de 2012 a las 12:59:

A ningùn currinchi eficiente, casi eficiente o deficiente le hace gracia que le paguen menos dinero por desempeñar el mismo trabajo de la misma manera ya que eso significa disponer de menos dinero para pagar o comprar las cosas necesarias y las extraordinarias. Esto es de manual. Y lo que da el toque en los calandrakos es el escàndalo ya clàsico de los banqueritos que hacen fatal su trabajo y les recompensan con una fortuna. Soluciòn clàsica: a los buenos zanahoria, a los malos palo en el hocico. No al revès.