Las distintas guerras carlistas del siglo XIX, de crueldad inaudita, terminaron en abrazos de Vergara y en pasteleos similares. En el régimen anterior a la Constitución de 1812, los habitantes de las vascongadas no pagaban impuestos, todos eran hidalgos y no podían soportar la igualdad con los pecheros castellanos y tener que pagar. La situación en Cataluña era similar y todos detestaban los decretos de nueva planta que les permitió comerciar con América y enriquecerse con el tráfico de esclavos negros. Estas son las aspiraciones de los nazionalistas, no pagar y poder hacer negocios en las colonias, hoy llamadas simplemente regiones. De los vencidos carlistones y curas trabucaires de aquella época, surgieron los Prat de la Riba, su alumno el hidalgo vizcaíno Sabino Arana, y demás curas y obispos trabucaires, mentores del nazionalismo actual.
La historia se repite y el abrazo de Vergara de nuestros días se llama vía Nanclares. Los actores del otro lado son los mismos, aunque menos brillantes.
..."cabe preguntarse si su tortura y asesinato [...] dieron sus frutos".
Lo que sí dió frutos fue el Pacto de Estella y, sobre todo, el 11-M que, además de todo, fue una gigantesca operación de lavado de cara de la ETA...