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Isidoro San José

Esta es la verdadera España

Cuando un equipo se adelanta tan pronto en el marcador y, además, con la gasolina que ha tenido en esta ocasión, es muy difícil que la victoria se le escape de la mano.

Lo que ha conseguido España esta noche en Kiev es casi irrepetible. Ojalá la leyenda de esta selección se pueda ampliar dentro de dos años en Brasil. No va a estar fácil, pero somos el equipo a batir. Si ahora mismo alguien puede ganar dos Eurocopas y dos Mundiales consecutivos, ése es España. Porque la vitola de favoritos ya no nos pesa. Sabemos manejarla y sabemos jugar con esa presión.

De la final contra Italia, en la que no hubo color, me quedo con dos claves que marcaron el devenir del encuentro: España ha podido mostrar su verdadera cara, siendo un equipo con chispa y ritmo –cosas que no tuvo en el primer partido ante la azzurra–, y, además, marcó un gol en los primeros quince minutos. Cuando un equipo se adelanta tan pronto en el marcador y, además, con la gasolina que ha tenido en esta ocasión, es muy difícil que la victoria se le escape de la mano.

El 4-0 es un resultado fantástico, es obvio decirlo, pero probablemente sea exagerado, no ya por los méritos que han hecho unos y otros, sino porque dos de los goles –los de Torres y Mata– llegaron cuando Italia estaba completamente rota y tenía un jugador menos en el campo. La diferencia entre las dos selecciones es ésa.

Lo cierto es que cuesta mucho trabajo destacar a un futbolista de esta brillante España por encima de otro. Los dos pases de Xavi, si nos los reciben bien Cesc Fàbregas o Jordi Alba en las jugadas del primer y segundo gol, respectivamente, se convierten en dos pases sin importancia. Paras que un jugador se lleve el Balón de Oro debe tener otros diez compañeros casi tan buenos como él, así que yo daría el MVP del torneo a toda la selección española en su conjunto y, por supuesto, a su entrenador.

No le salió bien el planteamiento hace tres semanas a Del Bosque en Gdansk frente a este mismo rival, pero sí esta noche en el partido decisivo, el que decidía el título. Se ha visto que Vicente tenía razón y ha vuelto a acallar las críticas. Prandelli, por su parte, apostó por lo mismo. Quiso entrar en la guerra Pirlo-Xavi a ver quién podía más, y ahí ganó el barcelonista, como no podía ser de otra manera. Con el Metrónomo anulado, Italia no supo competir y quedó siempre a merced de España. A merced de los Xavi, Iniesta, Iker, Silva, Cesc, Jordi Alba, Sergio Ramos, Busquets, Piqué... ¡Enhorabuena a todos, campeones!

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