Había leído el titular y me dije: hoy toca disentir de Cristina; voy a ver cómo lo hago preservando la admiración y el afecto que le tengo. Para empezar, nada de eufemismos genéricos: "Nostalgia del Caudillo". Con algunas matizaciones relevantes, estaba predispuesto a romper una lanza por los nostálgicos -por mí, entre ellos-.
Me equivocaba: Cristina se refería al ámbito europeo y a nosotros dentro de él. Así y todo, mantengo cierta discrepancia con mi admirada: Referida a ese espacio, no creo que hayan nostalgias de caudillismos; acaso, sólo impaciencias mediáticas.
Sucede -creo yo- que, especialmente en el Eurogrupo, la conciencia de que vamos todos en el mismo barco es alta -claro que lo estoy diciendo unas horas, cruciales, después del texto de Cristina-. También ocurre que los dirigentes de los países miembros tienen un mucho más elevado concepto de la solidaridad y de la responsabilidad histórica que los de nuestras taifas nacionales.
Cristina, las medidas acabarán funcionando. Simplemente se trata de que la metodología es la clásica: ensayo, error y nuevo ensayo. Sin esperanza no se puede vivir.
Con afecto.
El caudilismo o el socialismo, que es lo mismo, tiende a indicar a la gente como hay que vivir para ser felices.
http://etrusk.blogspot.com.es/2012/06/ue-donde-nos...
Bravo Dª Cristina.
Cierto que cuando la gente quiere Justicia, piensa en alguien que la imponga, pues en la actualidad no existe.
Cuando la gente no desea impunidades, piensa en alguien que las elimine.
En la actualidad existe mucha impunidad.
Cuando el personal desea vivir en paz y que su nación prospere y sea respetada, piensa en alguien que lo procure de verdad, cosa que actualmente no sucede.
Cuando los españoles observan que los enemigos de su nación son pagados a su costa sin poder evitarlo, piensan en alguien que acabe con semejante bochorno.
Etc.etc.etc.
¿A que sí?
Gracias.