La actitud del PP hacia ETA sigue siendo tan firme como siempre. España, con el Gobierno del PP, ha realizado las reformas necesarias. Si España no sale del hoyo de la crisis es porque Alemania y el el Banco Central Europeo no respaldan la deuda española. El Gobierno es soberano y actúa con independencia de presiones externas. España vuelve a contar en Europa y en el mundo. La familia real recupera el prestigio momentáneamente perdido. El Banco de España es al fin independiente. La Justicia también. Los españoles vamos a demostrar al mundo de lo que somos capaces. Y, por añadirle una nota de color a esta España virtual, la selección española juega primorosamente al fútbol. Es todo mentira.
El PP ha renunciado a derrotar a ETA y continúa la política de diálogo y de pacto inaugurada por Zapatero. A día de hoy, el Gobierno sigue disponiendo de la autorización que el Congreso de los Diputados le dio para negociar con la banda. Podían haberla revocado, pero no lo han hecho. Las únicas reformas que se han llevado a cabo han sido la de subir los impuestos y la laboral, hecha de rímel y colorete. La prueba es que los sindicatos la tienen casi olvidada y apenas protestan por ella. Todas las televisiones públicas siguen despilfarrando nuestro dinero, o mejor, el de los insensatos inversores que compraron nuestra deuda. Cada vez que el Gobierno dice que no hará algo, va luego y lo hace porque se lo ordenan Berlín o Bruselas. La última es la petición del rescate a la banca, que de Guindos dijo que no lo haría hasta bien entrado julio y ahora, obediente, dice que lo hará este lunes. El prestigio de la familia real sigue hundido a pesar de los esfuerzos del monarca porque sigue sin resolverse el caso Urdangarin. El Banco de España no recupera su prestigio ya que el que las auditorías externas a los bancos españoles se hayan basado en datos suministrados por él las pone automáticamente en entredicho. La Justicia está más politizada que nunca, en especial el Tribunal Constitucional, pero no sólo. Se siguen repartiendo subvenciones, como los 1.800 millones que el Gobierno va a desparramar en el sector turístico. Y, si no se conservan las de la minería, es para que los mineros, con su brutal violencia, transmitan al mundo la imagen de un país en el que los subvencionados se rebelan por perder las subvenciones cuando en realidad ellos son sólo la excepción. Y la selección española de fútbol no pasa de ser el peor de los Barcelonas posibles.
No sé cuánto tiempo podremos aguantar así, echando la culpa de nuestros males a los demás, que alguna tienen, pero es muy poca, y soñando con la grandeza de una nación que está a punto de desmigajarse y que lo hará si los nacionalistas vascos y catalanes juegan bien sus cartas. Bienvenidos a Matrix. Necesitamos a un Neo.