No sé si sabía usted que la "devotio", entre los íberos, consistía en que todos los guerreros se quitaban la vida cuando perecía el jefe.
Eso es exactamente el fascismo, el hecho que aquí se relata lo ilustra perfectamente. Una casta a salvo de todo y de todos, con la execrable excusa del servicio a cualquier cosa menos a la honradez, y a los autenticos derechos de los ciudadanos, que no son otra cosa que sus derechos "individuales" pues no hay otros derechos.
Los continuos llamamientos a los derechos de las naciones y de los pueblos etc. no son otra cosa que apología totalitaria y fascistoide.
Cada vez tengo más claro que en Catetoluña nos gobiernan criminales.