Colabora
Emilio J. González

La necesidad del Debate sobre el estado de la Nación

Es la ocasión propicia para que Rajoy explique a los ciudadanos cuál es la verdadera situación que se encontró el Partido Popular al llegar al poder y por qué, a partir de este análisis de la situación, son necesarias medidas duras de ajuste.

El presidente del Gobierno comete un grave error al cancelar este año el Debate sobre el estado de la Nación y sustituirlo por una comparecencia para explicar la reunión del Consejo Europeo que se celebrará a finales de junio en Bruselas, en el cual se tratará de las condiciones del rescate al sistema bancario español.

Creo que es un grave error porque el Debate sobre el estado de la Nación es la ocasión propicia para que Rajoy explique a los ciudadanos cuál es la verdadera situación de la economía española en estos momentos, cuál es la verdadera situación que se encontró el Partido Popular al llegar al poder y por qué, a partir de este análisis de la situación, son necesarias medidas duras de ajuste. En contra de lo que algunos deben pensar en Moncloa y su entorno, el pueblo español no es tonto. Por el contrario, si se le explican las cosas tal y como son, entenderán perfectamente la necesidad de tomar las medidas que se deben de tomar para salir de esta crisis y no se producirán esos estallidos sociales que, por lo visto, tanto teme el Gobierno. Lo que no puede ser es que se haya subido el IRPF y se estén planteando nuevas subidas de impuestos sin decirles a los españoles cuáles son las verdaderas razones que obligan al Ejecutivo a tomar semejantes decisiones, ni por qué motivo no se puede realizar el ajuste presupuestario por la vía del gasto, esto es, poniendo fin a todos los disparates presupuestarios que están cometiendo las autonomías y los ayuntamientos.

La misión primigenia de todo parlamento es el control de los impuestos que aprueba el Gobierno y la fiscalización del destino que se da a esos recursos que se detraen del bolsillo de todos los españoles. Rajoy, por ello, debe convocar el Debate sobre el estado de la Nación para, desde la tribuna de oradores, darnos a los españoles la explicación que necesitamos y que merecemos. Lo que no es de recibo es que el presidente quiera esconderse detrás del Consejo Europeo para seguir con su estrategia de que los problemas con la deuda española vienen de fuera cuando su origen está dentro de nuestro país. Es cierto que la prima de riesgo ha crecido a raíz de las incertidumbres en torno tanto al rescate del sistema bancario español como de las elecciones griegas. Pero es igualmente cierto que la escalada de la prima de riesgo española empezó en cuanto el Gobierno presentó el proyecto de presupuestos para este año. Luego el problema no es externo, sino interno y relacionado con la política fiscal. Rajoy, por eso, debe dar la cara y explicarnos qué es lo que va a hacer el Ejecutivo para sacarnos de la crisis. Porque, hasta ahora, lo único que sabemos es lo que dice que no va a hacer, como recortar el sueldo a los funcionarios, pero no tenemos ni la más remota idea de cuáles son sus planes en relación a la crisis, si es que los tiene, porque la sensación que está transmitiendo el Gabinete es que gobierna a golpe de presión europea, improvisando medidas, sin un programa coherente y detallado de actuaciones. Un Debate sobre el estado de la Nación es el mejor momento para acallar estas críticas, diciendo a los españoles toda la verdad sobre la situación de nuestra economía y, a continuación, presentando todo un plan integral de actuaciones para superar la crisis. Suprimir el debate, en cambio, da mucho que pensar, y no precisamente para bien.

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