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Pablo Montesinos

Rajoy sólo tiene quince días más

La baza es muy clara, y el presidente y los suyos la utilizan cada vez que descuelgan el teléfono para hablar con Berlín, Bruselas o París y presionar: "Si cae España, caemos todos". "Política en estado puro", afirma un ministro.

Querida Ketty

España está en zona de rescate. Lo está desde que, en un nuevo jueves aciago, el bono a diez años rozara el 7% y la prima de riesgo oscilara alrededor de los 550 puntos. La situación, admiten de puertas para adentro en el Gobierno, es dramática y, en cierta forma, impredecible. Todo dependerá de lo que ocurra en los próximos días. Ya no hablamos de meses, sino de semanas; lo que va desde ahora hasta el Consejo Europeo que se celebra los días 28 y 29 en Bruselas.

Mariano Rajoy, que el pasado domingo intentó demostrar seguridad –e incluso un poco de chulería– a la hora de exponer la brocha gorda de la línea de crédito concedida a la banca, está francamente preocupado. Lo está porque entiende que ha hecho más que nadie en el menor tiempo posible, pero las circunstancias son tan adversas que nada funciona. "España no puede aguantar en estas circunstancias otros quince días", le dijo Luis de Guindos a sus compañeros de gabinete. La cita no es precisamente reciente, sino justo posterior al rescate financiero.

Las elecciones helenas abren una etapa frenética, en especial para España, la siguiente ficha del dominó. Si en Grecia el horizonte no queda despejado, el Gobierno espera tal agujero de confianza el lunes en las Bolsas del viejo continente que, auguran, el Banco Central Europeo actuará diligente tras la orden de Alemania. Pero, ¿y si no es suficiente? El Ejecutivo, que dice barajar todas las posibilidades, no tiene una respuesta, si bien descarta el rescate total –"No hay dinero suficiente"– o el fin de la moneda única. Se agarra como si le fuera la vida en ello a que, al final, la UE salve a España de la quema, y a partir de ahí se ceda más soberanía a cambio de integración fiscal y bancaria.

Para muestra de que la situación es extrema, la propia carta de Rajoy a los líderes de la UE, hablando claramente de que nos encontramos ante la antesala del fin del euro si no se actúa con brevedad y decisión. La baza es muy clara, y el presidente y los suyos la utilizan cada vez que descuelgan el teléfono para hablar con Berlín, Bruselas o París y presionar: "Si cae España, caemos todos". "Política en estado puro", según un ministro que tendrá su hueco en los libros de historia.

Nadie se quiere mojar sobre lo que pasará a partir del lunes. "Habrá que ver lo que hace Alemania. Todo depende de Merkel", se dicen unos a otros. Y, en medio, los españoles que, como dijo la vicepresidenta tras el Consejo de Ministros, cada día van a trabajar e intentan levantar al país, pero que no pueden disimular su angustia. Sólo basta hablar con amigos y familiares. "Lo que nos preocupa es la España real, es su empleo" y no "si sube o baja la prima de riesgo", solemnizó Soraya, recordando que más de cinco millones de personas hoy no consiguen trabajo; drama que en ocasiones se nos olvida.

Un beso

Pablo

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