Desdichadamente, sr. Robles, acierta usted en su análisis de la enfermedad que los dos partidos "nacionales" -PPC y PSC- cultivan con mimo en Cataluña. Lo lógico sería que intentaran curarse; pero, quia, lo que hacen es tomarse cada vez más dosis letales del nacionalismo excluyente y neonazi que venden los de A. mas y todo lo que les cuelga.
Hace, no obstante, demasiados años que, por miedo a ser excluidos, ridiculizados, perseguidos..., juegan ese juego que, como en la Alemania nazi, acabó con todo el pueblo convertido al credo autodestructor.
La última en sumarse, como si no, a esa catástrofe de la construcción nacional catalana es Alicia Sánchez. ¡Vaya usted a saber qué beneficios piensa obtener de la maniobra "nada por delante, nada por detrás"!
Gentuza, en todo caso, que, venida de fuera, sigue haciendo las tareas de fregado, barrido y puesta a punto para la fea burguesía catalana. Son sus fregonas y sicarios; pero, tan contentos porque, de vez en cuando, les sientan a la mesa de los señoritos feudales, de los explotadores, de los jefes de la tribu.
¡Y, que siga corriendo el cava, esa bebida infecta que sólo los estómagos adocenados y sin sensibilidad pueden soportar sin soltar gases!
Gracias, no obstante, por seguir intentando que una parte de la sociedad catalana vaya, de una buena vez, al siquiatra.
Ojalá la crisis económica sirva para que se ponga freno al derroche económico que supone alimentar el nacionalismo. Si no fuese por la presión constante de TV3, las subvenciones, las obligaciones de emisión de las radios en catalán, etc, el nacionalismo no se sostendría. Si los ciudadanos supieran los servicios públicos que podríamos tener si no se dedicasen tantos recursos al sostenimiento del nacionalismo, habría una revolución. ¿Cuando llegará el hombre de negro que frene todo esto?