Este editorial es bueno, pero incurre en tres olvidos esenciales: 1º, Esta previsto el silencio positivo en algunos casos que no están específicamente tasados y con criterios igualmente claros y tasados, y que se dejan al arbitrio del funcionario o político de turno, este silencio administrativo, supuestamente para defender la intimidad de personas y la seguridad del estado está legislado con fórmulas genéricas y amplias que pueden interpretarse restrictivamente y que acabarán desembocando, como pasa con las leyes en España, en el incumplimiento de facto de la ley, 2º: La oficina administrativa que gestionará en ultima instancia la ley de transparencia, ante peticiones de los ciudadanos, no tiene toda la independencia del gobierno que debiera tener, al estilo de otras agencias como la norteamericana o la inglesa, que acaso sean las más eficaces. 3º. Quizá el punto más importante, no están previstas sanciones monetarias, administrativas y penales para los funcionarios o politicastros que incumplan la ley. O sea que estaremos en el mismo caso que las comisiones de administración de los distintos charlamentos: En que se parecen a las comisiones de administración de Reino Unido o Estados Unidos: Pues en nada. Este digital, buen defensor de la democracia liberal, debería hacer labor de formación de sus lectores, enseñándole que el genérico democracia, encierra democracias muy diversas de alta, media y baja calidad. No es igual las democracias de alta calidad Useña, (de USA) Británica o Suiza, que las de media calidad como la española, la italiana o la griega, que las de baja calidad, como la mayoría de las latinoamericanas. Ha bastado que una de ellas, la brasileña, subiera sus estándares de calidad casi hasta la alta calidad, para que Brasil se haya desarrollado bastante.
A pesar de estar metido en esto hasta los codos, confieso que periódicamente aún me sorprende constatar cómo las modernas tecnologías han podido cambiar tan drásticamente y en tan poco tiempo los medios de comunicación, y no me refiero ahora a la inmediatez de la prensa escrita -digital-, que ya es comparable con al de la radio, o a que los medios tradicionales en papel les quedan dos telediarios en favor de los digitales, sino al hecho de que cualquier lector anónimo pueda expresar su opinión y a que en ocasiones, como en el caso de este del Sr. JoseARui, los comentarios sean más interesantes e ilustrativos que la noticia o el artículo que los originó.
Salu2.