Totalmente de acuerdo con Amagi24. He escrito por aquí cosas en ese sentido. Más parece que muchos periodistas talluditos, incapaces de analizar un caso evidente de relevo generacional cuando ellos han de ser los relevados, traslada su mediocridad autocomplaciente a lo observado.
Los perroflautas son la avanzadilla circense de lo que vendrá de inmediato, que es lo que ya vemos en Grecia. Hay inmensas capas de población, que ni siquera hacen manifestaciones, que serán atendidas por nuevos partidos y nuevos medios de comunicación. Siempre el Mercado...
La última vez que tuvimos relevo generacional conflictivo en España -hace 40 años- hubo muertos y los perroflautas de la época eran etarras. Las 14.000 ideas de la generación de los abueletes de este periódico podemos leerlas en la Constitución: economía social de mercado... naciones y nacionalidades... propiedad privada salvo que el Estado decida lo contrario... ¡Jo! ¡Esas sí que eran ideas! ¡Ideazas! Lo poco bueno que tenía ese texto salido de la indigencia cultural y el descaro formativo de aquella generación -lo referente al empleo y la vivienda- es lo primero que no se cumple. Y así estamos como estamos.
Otra cosa: hay que ser menos sectarios -al menos, intentarlo- porque hay otras manifestaciones populares -muy del agrado de esta casa- que también van a sufrir un gran desinflamiento en las calles. A ver si mantenemos el razonamiento cuando llegue el momento.
El 15-M despierta en muchos simpatía y ternura, pero persigue una utopía, y ya sabemos cómo acaban siempre las utopías, así que ojito con ellos y, sobre todo, con quienes empujan a la sombra.
La reserva progre, no sólo europea, sino internacional, el último estertor de Zetaparismo, ha confundido el disfraz.
Para resultar creíbles tendrían que haberse vestido de zoológico o museo antropológico en lugar de mercadillo. Pocos especímenes quedan en el mundo de esta fauna perrofláutica.
La tontería inició su declive inmediatamente después del mitificado mayo del 68, pero aquí, los hijos de los papis que durante su triste vida han alimentado el sueño -con la consabida dosis de petulancia que tanto les caracteriza- de que estuvieron allí, no se han enterado.
Los medios del entramado sociata no les han dejado enterarse de que el mundo va a mil por hora y de que ha llegado la hora de ponerse las pilas, de que hay millones de personas en todos los continentes que están decididias a competir por las mejores viandas y dispuestas a trabajar de verdad por conseguirlas. No sólo en Asia, también están las B y las R de los BRIC, y todos los que se miran en ellos y, por supuesto, las economías más avanzadas, que no están en la iluminación de quedarse atrás esperando que una especie de justicia divina, aunque laica, eso sí, las rescate, como esperan estas pandillitas mediáticas de ígnaros engreídos.
La gente quiere trabajar, ganar dinero, disfrutar de fines de semana y poder salir a a cenar con sus personas queridas; poder comprarse un coche, crear una familia, irse de vacaciones; prosperar en el trabajo, tener la posibilidad de darse algún capricho, caminar con la cabeza erguida....
Lo del "todos pobres pero contentos" no se lo creen ya ni los chinos de los cuentos de la China del libro rojo y los Gulags.
Aquí tampoco, pero los prisotas, sindicalistas, titiriteros y tantos otros que durante décadas han vivido del cuento no consienten en perder el chollo que tan beneficioso les ha resultado a costa de todos los demás.
Me agradan las imágenes de los artículos de la Sra. Losada, “su aire de kindergarten decorado con dibujos de los niños”, está conseguido. Ahora bien, el fondo del artículo no me convence. La idea es la de la línea editorial: el 15M ha sido un “fracaso espectacular”. Esa parece ser la clave del análisis: el espectáculo público. El soporte de la mitificación de mayo del 68, actúa en las dos direcciones: los críticos del 15M se han vuelto discípulos de Guy Debord.
Esa es también la debilidad de la crítica, se queda en la contemplación del espectáculo, simplificado y deformado mediáticamente sin entrar en el fondo. Soy crítico con aspectos del 15M pero después de haberlo visto con mis ojos, con la televisión apagada. El 15M puede que se diluya en su propia auto-recurrencia pero lo que hay detrás va sumando puntos poco a poco, como el Real Zaragoza, ante la incredulidad del graderío.
Mucha gente sigue sin entender al 15M más allá de la puesta en escena reduciéndolo a un mero problema de orden público; como el Sr. García Domínguez, intuyo al 15M no tanto como causa del ocaso de la política democrática sino como una de sus consecuencias; el 15M no son tanto las calles como las percepciones, su fracaso está vivo para mal o para bien. En la próxima crisis financiera el descontento y la desesperación irán más allá de la queja y puede que añoremos la candidez del 15M.
El 15M ha compilado “catorce mil no sé cuántas gansadas”, no conozco todas, seguramente algunas lo sean pero otras no lo son, tres ya llegaron al Parlamento. Puede que “cualquier clase de muchedumbre reivindicativa” venda periódicos, es más fácil recurrir al análisis descriptivo que al causal, a la estética que a la ética pero no es absurdo "cambiar el mundo": el mundo está cambiando deprisa por la globalización bajo el paradigma economicista; mientras nos entretenemos en estériles discursos partidistas los estados-nación y la ciudadanía están perdiendo su sitio.
Saludos.
Qué pena verdad, que la única violencia la utilice la policía para abofetear a los detenidos en las comisarías, o para aporrear como hemos visto en los vídeos el año pasado,a los perroflautas, que tranquilamente se retiraban sin un mal gesto
Debe ser muy gracioso estar en paro sin expectativa de encontrarlo en los próximos años, por lo que se deduce de este artículo
"Cambiar el mundo" es el hobby favorito de los tiranos. Quieren que el mundo sea como ellos quieren que sea. El mundo con sus gentes y todo. Gentes marcando el paso al toque de su corneta, como una maquinaria perfecta.
Curiosamente, a eso algunos lo llaman ideales, y lo revisten de colorines y poemas.
Bueno, el mundo es una mierda, para qué engañarse. Y los que dirigen el cotarro quieren que todo siga igual; para ellos, solucionar la crisis es volver a lo de antes, un mundo que pone al hombre al servicio de la materia. ¿Cabe un mundo mejor? Teóricamente... si fuésemos ángeles. Siendo como somos, una panda de mostrencos, incapaces de entendernos hasta con los de nuestra propia familia (y no necesariamente por maldad, que nuestras limitaciones naturales se sobran y bastan para hacer imposible la cuadratura del círculo), hagamos el mundo que hagamos (es un decir; siempre lo hacen unos pocos, y el resto aplaude con las orejas), será una porquería.
"Que el mundo fue y será
una porquería, ya lo sé.
En el quinientos seis
y en el dos mil, también." ("Cambalache", Enrique Santos Discépolo)
Ëse sí que lo tenía claro.