Lo que propone el Sr. Campmany es invertir la carga de la prueba. Es el que acusa el que ha de demostrar. El acusado no tiene que andar explicando si vio un anuncio en un portal o si conoció al apoderado de la sociedad en un burdel de Nápoles.
Hay más datos: según El Mundo, la inmobiliaria dice que ese piso se le vendió a González hace 4 años. La versión impresa de El Mundo no suele mentir (elmundo.es parece de otros padres).
Cuando los sindicatos lo defienden y Tomasito renuncia a morder, es que hay algo que huele mal.