A los creyentes les molesta el militantismo ateo, pero quizá debieran considerar su aparición como una señal de que el ciclo de la secularización está cambiando
Cristina Losada
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danago dijo el día 23 de Marzo de 2012 a las 08:14:
Coincide que estoy leyendo "El consuelo de la filosofía" de Alain de Botton. Muy bueno, la verdad. Pero este señor, en su pretensión de erigir tal templo ateo, está retorciendo hasta lo indecible las palabras y la historia de esta vieja Europa. Puede el hombre apartarse de Dios y sustituirlo por sí mismo o la Razón francesa aquella o vaya a saber Ud qué. ¿Y luego?. El hombre ha ido a tientas desde que construía Partenones tratando de encontrar un orden y sentido en el vivir diario. Y lo iba haciendo. Y llenó Europa de maravillosas catedrales, que no son sino pobre balbuceo ante lo inefable. Y mal que bien iba hallando respuestas. Con las luces y sombras pasadas se ha hecho el cuadro de lo que fue y ha sido Europa. Dios era el referente máximo. Decía Epicuro, a quien estudia de Botton en su libro, "la filosofía que no tiene como objetivo alijerar el sufrimiento humano no sirve para nada", "no tiene interés la filosofía que no cura las enfermedades del alma". Más claro agua. Es lo que después nos dijo Cristo cuando nos propuso como mandamiento total el amor al prójimo. No otra cosa es la religión. Así que si vuelvo por la City no preguntaré por el templo ateo sino que volveré a la basílica Saint Paul, ni que sea para criticarla por descomunal y poco acertada en lo arquitectónico. Ah, pero en la intención con que se levantó me vale.
Coincide que estoy leyendo "El consuelo de la filosofía" de Alain de Botton. Muy bueno, la verdad. Pero este señor, en su pretensión de erigir tal templo ateo, está retorciendo hasta lo indecible las palabras y la historia de esta vieja Europa. Puede el hombre apartarse de Dios y sustituirlo por sí mismo o la Razón francesa aquella o vaya a saber Ud qué. ¿Y luego?. El hombre ha ido a tientas desde que construía Partenones tratando de encontrar un orden y sentido en el vivir diario. Y lo iba haciendo. Y llenó Europa de maravillosas catedrales, que no son sino pobre balbuceo ante lo inefable. Y mal que bien iba hallando respuestas. Con las luces y sombras pasadas se ha hecho el cuadro de lo que fue y ha sido Europa. Dios era el referente máximo. Decía Epicuro, a quien estudia de Botton en su libro, "la filosofía que no tiene como objetivo alijerar el sufrimiento humano no sirve para nada", "no tiene interés la filosofía que no cura las enfermedades del alma". Más claro agua. Es lo que después nos dijo Cristo cuando nos propuso como mandamiento total el amor al prójimo. No otra cosa es la religión. Así que si vuelvo por la City no preguntaré por el templo ateo sino que volveré a la basílica Saint Paul, ni que sea para criticarla por descomunal y poco acertada en lo arquitectónico. Ah, pero en la intención con que se levantó me vale.