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Carlos Floriano

El trimestre reformista

Cien días de reformas con la mirada puesta en el corto, el medio y el largo plazo. Cien días de "reformas de Estado". Cien días para poner los cimientos de un regreso al bienestar y a la prosperidad

Se cumplen los primeros cien días del Gobierno de Mariano Rajoy, cien días que se han caracterizado por la gran cantidad de reformas emprendidas. Podríamos hablar de "el trimestre reformista". Tendríamos que retrotraernos años atrás para recordar una época en la que se emprendieran tantas reformas en tan poco tiempo.

En tres meses, el Gobierno de Rajoy ha hecho más por la prosperidad de España que los socialistas en los siete años del Gobierno de Zapatero. En tres meses, las reformas del Ejecutivo del PP han permitido que los ciudadanos, los inversores, los mercados y nuestros socios europeos palpen que en España se ha producido el cambio necesario con un nuevo Gobierno que lidera un proyecto para salir de la crisis y situar a nuestro país entre los más punteros de Europa. El "trimestre reformista" nos ha devuelto al corazón de Europa.
 
Cien días de reformas con la mirada puesta en el corto, el medio y el largo plazo. Cien días de "reformas de Estado". Cien días para poner los cimientos que servirán de base para construir el camino de vuelta al bienestar y a la prosperidad, para retornar a la senda del crecimiento económico y de la creación de empleo. Cien días para borrar los estigmas causados por los siete años de ausencia de una política económica seria y coherente.
 
Durante "el trimestre reformista" se han tomado medidas de consolidación fiscal con el objetivo de controlar el déficit, aportar austeridad y eficiencia en el gasto del sector público, y garantizar la estabilidad presupuestaria y la sostenibilidad financiera; se han dado pasos muy importantes para sanear el sector financiero, promover la buena gestión de los directivos de las entidades bancarias y proteger a deudores hipotecarios sin recursos; se ha emprendido una reforma laboral con medidas para el fomento de la contratación y ofrecer alternativas a la destrucción de empleo; se han reformado los organismos supervisores para clarificar competencias, reducir su número y simplificar su estructura y funcionamiento; se han aprobado mecanismos de pago a los proveedores de Entidades Locales.
 
Además, en las próximas semanas el Gobierno extenderá el Plan de Pago a Proveedores para las deudas pendientes de cobro con las Comunidades Autónomas, aprobará una Ley de Apoyo a los Emprendedores y pondrá en marcha el Plan "marca España".
 
Todas estas reformas las hemos emprendido sin olvidar a los que peor lo están pasando. Por eso, las pensiones han vuelto a subir después de que los Gobiernos socialistas -con Rubalcaba siempre en línea destacada- las bajaran. Nos hemos visto obligados a subir el IRPF pero garantizando que los que más renta tengan más paguen. No hemos subido el IVA, que hubiera supuesto que todos pagaran lo mismo tanto los que ganan mucho como los que ganan poco. Hemos limitado los sueldos de los directivos de las empresas públicas y de las entidades bancarias que hayan recibido ayudas del Estado. Hemos sido el primer Gobierno que ha afrontado el problema de los desahucios encaminándonos hacia la dación en pago. Reformas y más reformas, pero nunca olvidamos a las familias que peor lo están pasando porque esa es la garantía de la libertad y el progreso justo y equitativo.
 

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