No, si perfecto, todos son maravillosos o lo que ustedes quieran. Pero igualmente seguimos el rumbo al abismo que al tan certeramente nos orientó el cejas.
En cuanto a que el arriolismo ha obtenido mayoría absoluta, a mí que me demuestren que, con semejante panorama desolador que dejó el cejas y su secta, un mono no hubiera sacado aproximadamente los mismos resultados que el rajao (en lo que a mí respecta, al rajao no le voté, a un mono puede que lo hiciera; al menos sé que sería más honrado).
Porque el triunfo del ppoe ha sido mayoritariamente por la caída del psoe. Si estos no hubieran hecho tan horriblemente mal las cosas, el rajao seguiría de ministro de la oposición.
Eso sí, que el problema también es de la sociedad que tenemos, no hay duda. Por eso las nuevas generaciones se largan de aquí.
Pero lo cierto es que el arriolismo ha conseguido mayoría absoluta.
No me gusta, pero es así.
La defensa de principios y valores, o el valor personal de la gente del PP en el País Vasco no parece que fuesen suficientes para eso.
Y no es un problema de Arriolas o "Rajaos" que dicen algunos.
Es un problema de la sociedad española y sus miserias.
Y a ver quién es el periodista que llama a la gente "cobarde"un día tras otro y luego vende periódicos suficientes para vivir.
Hoy si, hoy Rajoy ha demostrado lo buen parlamentario que es. Rajoy solo es bueno cuando se enfada. A Soraya le pasa lo mismo, es incisiva y lista cuando le aprietan el corsé. Claro que luego viene Arriola y afloja las ballenitas.
Creo que acierta usted al decir que "alguna respuesta tendrá que dar ...", pero no me haría muchas ilusiones.
Su tocayo no es hombre ni de ideas claras ni (mucho menos) de acciones decididas.
El alcalde de Gerona debe estar divirtiéndose mucho.
Le echamos de menos en la tertulia de la noche D. Mariano
Un buen artículo mal empleado.
El articulista cree que hay otro Rajoy.
Por sus frutos los conocerás, y no hay más que lo que se ve.
Aceptación de supuestos hechos consumados, rendición ante los nacionalistas eusco-catalanes y algunas políticas socialistas como "una reforma fiscal que ha descolocado a la izquierda".
Temor a reintegrar el estado a su imprescindible unidad y simplificación administrativa -bueno, imprescindible sólo para su continuidad histórica. Para su extinción es mejor seguir el camino iniciado-.