El proyecto político de reformas que inspira a Javier Arenas podría poner término al régimen que ha obstaculizado, y de qué modo, el desarrollo de Andalucía como sociedad abierta
dobleazu dijo el día 9 de Marzo de 2012 a las 17:34:
En España carecemos de una Ley sobre responsabilidades de actos perniciosos imputables a los Presidentes de gobierno y de Comunidades Autónomas. Puede que sea difícil en términos jurídicos establecer los límites que separan el derroche, la malversación de fondos públicos y el enriquecimiento personal en política, y sorprende que no exista un tipo penal para valorar si es culposa la ineptitud, la ideología de partido o el egoísmo personal y consecuente forrado de cartera. Tampoco tenemos un barómetro para distinguir y valorar la sensatez sustancial de cada voto recontado en las urnas. La teórica por democrática expresión: "Un hombre un voto" adolece de mucha incongruencia cuando da el mismo valor al que emite un joven de 18 años ante un mayor de 70, o el que emite un esquizofrénico ante un cuerdo, o el que emite un subsidiado del Estado ante el que emite un fuerte cotizante. Prejuzgo esta valoración por su apariencia.
Por todo lo anterior mantenemos en Andalucía gobernantes de pesebre y Zeñoritos del cortijo, gracias a los votantes con menor cultura política e índice de formación, que se han cultivado interesadamente con demagogia contínua mantenida durante más de 30 años. Y esa idiosincrasia, natural o artificial, de muchos andaluces ha condenado su tierra y su habitat desarrollando unas condiciones de vida que han arruinado a millones de familias y a su descendencia. Especialmente en Andalucía, los gobiernos de socialistas y comunistas, con el despilfarro del dinero ajeno, la corrupción institucionalizada y el enriquecimiento de unos cuantos políticos, nos tienen postrados y humillados en los últimos escalones de Europa, casi lindando con el llamado tercer mundo.
El caso es que los responsables están muy lejos de enfrentarse a un proceso judicial, aunque en las próximas votaciones los andaluces sepan reaccionar ante el sufrimiento colectivo que padecen por haber dado anteriormente su voto a socialistas y comunistas.
En España carecemos de una Ley sobre responsabilidades de actos perniciosos imputables a los Presidentes de gobierno y de Comunidades Autónomas. Puede que sea difícil en términos jurídicos establecer los límites que separan el derroche, la malversación de fondos públicos y el enriquecimiento personal en política, y sorprende que no exista un tipo penal para valorar si es culposa la ineptitud, la ideología de partido o el egoísmo personal y consecuente forrado de cartera. Tampoco tenemos un barómetro para distinguir y valorar la sensatez sustancial de cada voto recontado en las urnas. La teórica por democrática expresión: "Un hombre un voto" adolece de mucha incongruencia cuando da el mismo valor al que emite un joven de 18 años ante un mayor de 70, o el que emite un esquizofrénico ante un cuerdo, o el que emite un subsidiado del Estado ante el que emite un fuerte cotizante. Prejuzgo esta valoración por su apariencia.
Por todo lo anterior mantenemos en Andalucía gobernantes de pesebre y Zeñoritos del cortijo, gracias a los votantes con menor cultura política e índice de formación, que se han cultivado interesadamente con demagogia contínua mantenida durante más de 30 años. Y esa idiosincrasia, natural o artificial, de muchos andaluces ha condenado su tierra y su habitat desarrollando unas condiciones de vida que han arruinado a millones de familias y a su descendencia. Especialmente en Andalucía, los gobiernos de socialistas y comunistas, con el despilfarro del dinero ajeno, la corrupción institucionalizada y el enriquecimiento de unos cuantos políticos, nos tienen postrados y humillados en los últimos escalones de Europa, casi lindando con el llamado tercer mundo.
El caso es que los responsables están muy lejos de enfrentarse a un proceso judicial, aunque en las próximas votaciones los andaluces sepan reaccionar ante el sufrimiento colectivo que padecen por haber dado anteriormente su voto a socialistas y comunistas.