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Antonio Robles

Cada oveja con su pareja

La libertad ideológica y religiosa: dos libertades que ese maniobrero sin escrúpulos que lleva por nombre Alfredo Pérez Rubalcaba ha negado como cualquier vulgar agitador: "El PP con la Conferencia Episcopal y nosotros, con los sindicatos"

Mal está que los gestores de sentimientos ajenos, como los agitadores de peñas deportivas radicales, gurús de sectas, broncas callejeros o líderes étnicos, se empecinen en reducir el mundo a rebaños. Nosotros y ellos, los míos y los tuyos, estás conmigo o contra mí, sin matices.

Mal está, porque el mundo es más complejo que esa simplicidad maniquea,
y, porque tal reducción, es en sí misma un fraude. Un atentado contra la dignidad y la libertad de la persona. Reducidos a números y a rebaños, perdemos lo que nos hace verdaderamente humanos: seres libres con capacidad de discernimiento y voluntad. Una agresión contra la ciudadanía, valor ético y político que los Estados de Derecho han elevado a la categoría de derechos y obligaciones, entre ellos, la libertad ideológica y religiosa. Dos libertades que ese maniobrero sin escrúpulos que lleva por nombre Alfredo Pérez Rubalcaba y que desconoce cualquier compromiso con la coherencia, ha negado como cualquier vulgar agitador de vísceras étnicas: "El PP con la Conferencia Episcopal y nosotros, con los sindicatos. Cada oveja con su pareja".

¡Cuánta mentalidad sectaria tras una frase con pretensiones! ¡Quién es este sujeto para reducir nuestra libertad a rebaños? ¿Hasta cuándo hemos de aguantar los ciudadanos la falta de respeto de políticos que viven a costa de nuestros impuestos? Dicen que es inteligente. Puede. Lo que no hay duda es que su reduccionismo nace de las cloacas de la demagogia. ¿Qué me puede garantizar un líder a partir de ahí? Y no es cuestión de buenos y malos. De eso también se podría discutir. Ni obispos, ni sindicatos saldrían bien parados de la comparación, pero hasta ellos tienen derecho a que no los reduzcan a su mentalidad maliciosa, cainita, antigua, guerra civilista y maniquea. A España le sobran inquisidores y le faltan hombres de Estado sabios y respetuosos. ¡Cuánto añoro a ese electorado francés que de vez en cuando provoca un vuelco electoral y deja a cualquier líder o partido en la cuneta de la historia..!

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