Sr Molina: me apunto a todas y cada una de sus ideas de este artículo. La crisis y menos dinero a repartir es la única causa de que se produzca un cambio polítio en Andalucía. Ahora el dinero llega sólo a los más fieles. El resto migajas. Particularmente amo Andalucía y allí viví 15 de mis años. Buenísimos años. Sin embargo me da mucha pena comprobar como una mayoría de andaluces se ha dejado comprar por una gentuza sin escrúpulos. Andalucía, con trabajo y sin corrupción sería una región puntera en Europa. Bocona
Pablo, sin saber negarle sus razones, me ha quedado cierto malestar y sensación de injusticia cuando hoy he leído su artículo. Analizándome, encuentro que la explicación de mi sinsabor -esté Vd. seguro que será ampliamente compartido entre los andaluces que le lean- está en el uso y generalización de la palabra "trinque". Tengo en cuenta que Vd. lo aplica al común de los andaluces, ése que hasta ahora viene dando la victoria al PSOE en su región. Con esa palabrita, Vd. ha venido a tratarlos/tratarnos de "golfos". Cierto que muchos andaluces desfavorecidos por la fortuna han venido prefiriendo en su dulce tierra las míseras derramas del llamado PER, complementando las "peonás" de la aceituna y las frutas, a la áspera y dura vida del inmigrante en países y regiones cada vez más inhóspitas para el forastero, que bien conocen por propia o por próxima experiencia; pero, llamar "trinque" a la pura supervivencia, enmascarada por su elogiable alegría de vivir, es, además de una grave frivolidad, un insulto. Otra cosa sería el calificativo que merecen los que, para retenerlos cautivos en sus distritos electorales, se han aplicado con entusiasmo a arrojarles unas monedas, sacadas de las arcas de la Nación (tente, mientras votas).
Atentamente