¡Bravo, y gracias por su ingenio!. Sigo a la espera de las siguientes entregas, que ya no desmerecen de su inolvodable progenitor.
¡Qué "vena" tan graciosa tiene Vd, Don Emilio! Es evidente que "de raza le viene al galgo"... ¡Le agradezco el rato de "hilaridia" matutina que me ha proporcionado! ¡Cuídese Vd, que cuando sea Vd mayor nos escribirá muchas más piezas memorables!
Vinculo, lease usted La Venganza de Don Mendo =) Y disfrute, que esta en rima (con algun que otro ripio)
Vaya con el poeta. ¿Falsidia? Menudo vocablo.
No parece que la gente
vaya a pecar de suicida
confesando arrepentida
lo que resulta evidente:
que les dieron instrucciones
de acabar con los vagones.
Todo el tema es maloliente,
pero en fín... así es la vida.
.
Un cordial saludo, don Emilio.
Una mala pasada lo de "querido Juan Luis", se carga un artículo bien estructurado en general. Da la impresión que el equipo es el mismo. Provoca una visión insidiosa del tema.
Lo grave no es haber encontrado los restos del vagón de Santa Eulalia, lo terrible es que esos restos del foco de explosión se ocultaron a la investigación y a los análisis que los ocho peritos químicos realizaron por mandato de Bermúdez, el juez del sí, pero no.
El diario El País, siente pavor a que se descubra que lo que publicaban, por aquéllas fechas sobre los atentados del 11-M, eran mentiras para favorecer electoralmente al PSOE.
Lo que viene sosteniendo ese grueso panfleto, no pasa el menor filtro de la decencia y menos del espíritu deontologico.
Si tan impecable fue la investigación y los informes de la Policía que se trasladaron al sumario... ¿qué miedo tienen?
Aquí, en este asunto, hay más que un gato encerrado...