Punto número uno: despedir un millón de funcionarios para empezar a hablar. Nuestros catedráticos de economía lo piden a diario en tono grave y docto.
La unificación alemana la pagamos todos y se levantó nuevamente la bestia rubia. Nace el dinero fiduciario(euro)con el que Alemania realizará la mayor expansión crediticia de la historia desde la época de los Fugger. Los pigs crecen como crece todo el mundo:debiendo. Y ahora cuando hasta los catedráticos descubren que el euro fue un error (como siempre supieron los iletrados) aparece la carta de los 12 en la que se aboga por establecer un área europea de investigación. Algo tarde: ¿aspiran acaso a que Alemania comparta con ellos sus patentes, que son todas las patentes? Entretanto nuestros liberales utópicos repiten que la salvación de España pasa por el punto número uno y siguen exhibiendo multiplicaciones y divisiones como si lo suyo fuera una ciencia positiva y objetiva.
El señor Domínguez ha escrito: "Factura que después pagaríamos los demás merced al paraguas que supuso el euro para la industria exportadora alemana."
El nacionalsocialismo alemán culpaba a los judíos de los males de Alemania. El señor Dominguez culpa a los alemanes de los males de España. Teoría del cabeza de turco la llaman los sociólogos.
Vale, perfecto, de acuerdo, el déficit no es causa de la crisis, sino una consecuencia. ¿Y qué? El caso es que hay que acabar con el déficit, de lo contrario una carga de intereses desorbitada se vuelve insoportable para cualquier país. Se puede discutir el margen de maniobra para reducirlo, pero no la evidencia de que es necesario hacerlo. En economía, causas y consecuencias se mezclan, se retroalimentan, se confunden unas con otras, porque las variables están todas relacionadas de manera compleja. Si el déficit empieza como consecuencia de la crisis, al final termina siendo causa, de manera que es inutil verlo solo de una manera. No sea usted tan fundamentalista, como aquellos a los que acusa de serlo.
Si crecimiento = endeudamiento... Porfa, paren este mundo que me quiero bajar...
Con lo mucho que tienen que callar los alemanes, no deja de tener gracia que ahora vayan impartiendo lecciones de austeridad y sentido común. Hay que fastidiarse. Magnífico artículo, D. José.
Esto sí es lucidez, y un potente contraejemplo, el de José G Domínguez, para los economistas , catedráticos y muy liberales ,por supuesto, como si esta doctrina económica constituyera un antídoto contra la ingenuidad como las vacunas protegen de los virus. Que el socialismo sea lo que es, un error, no garantiza que su reverso sea ni siquiera una ciencia, la ciencia de la milagrosa armonía natural entre los deudores y los acreedores, entre productores y consumidores, una armonía garantizada con sólo reducir al mínimo la influencia del perverso estado... En Libertad digital al menos hay ya uno que sabe que esa ciencia económica equivale a lo que en su día fue la frenología.
Interesante. Desde luego hay un pecado de origen en la pretendida virtud alemana…pero ojo con los ingleses, su apuesta es la ruptura del euro y su alianza con la carta de Monti, es puramente circunstancial. Su tema es otro. Espartaco supo demasiado tarde que los piratas cilicios nunca tuvieron amigos, solo intereses.
Pues sí. Las meras políticas de austeridad no van a sacar a millones del desempleo. O hay crecimiento o nada. Como siempre amigo García, haciendo acopio de circunstancias históricas para demostrar el doble rasero de algunos. Y para eso no hace falta apabullarnos a cifras.
La famelica legion de politicos chupadores,que quiere seguir con tv publicas aduladoras y regalando subenciones a los amiguetes.
RECORTES SERIOS Y DUROS,a tanto parasito.ENDEUDAMIENTO no en mi nombre.