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Gabriel Moris

Atado y bien atado

Ni Aznar, como presidente en funciones, ni Zapatero durante siete años de interlocución con ETA, ni Rajoy, hasta hoy, han dado ninguna señal que nos haga pensar que el 11M constituya para ellos una acción prioritaria

El título de esta reflexión reproduce una frase del anterior jefe de Estado dando respuesta a una pregunta que le formularon sobre la continuidad del Régimen instaurado por él; al parecer respondió: "Está todo atado y bien atado". Sin lugar a dudas, él creía lo que decía, y hasta tendría el convencimiento de que iba a ser así. Los hechos han demostrado el error en el que vivió y murió. Los regímenes autocráticos suelen tener estos desenlaces.

Rememorando el magnicidio de Carrero Blanco, merece la pena recordar una frase pronunciada por Arias Navarro: "Encontraremos a los asesinos aunque haya que buscarlos en el centro de la Tierra". Promesa incumplida, según la información a mi alcance hasta hoy.

En la actual singladura "democrática", refiriéndose a la investigación de los GAL, Felipe González dijo sobre este asunto: "No hay pruebas ni las habrá". Creo que erró en su afirmación.

He entresacado tres perlas del gran joyero de nuestra historia contemporánea para tratar de evidenciar que, si no lo impedimos, mejor dicho, si no hay voluntad de impedirlo, los hechos se repetirán.

Han transcurrido ya ocho años desde que pudiéramos celebrar con nuestro hijo su aniversario de nacimiento. El mismo espacio de tiempo nos separa de la masacre de los Trenes de Cercanías con el balance de 200 muertos y 2000 heridos. Del juicio, o simulacro del mismo, televisado desde la Casa de Campo y de la Pericial de Explosivos ("olvidada" por Del Olmo) han transcurrido cinco años. Por mucho que lo intento no puedo comprender la amnesia colectiva para estos execrables hechos. En contraposición, durante estos días, sectores ciudadanos y judiciales tratan de emprender acciones contra hechos amnistiados y ocurridos hace más de setenta años. ¿Alguien me puede diagnosticar la rara enfermedad contraída por el pueblo español a raíz del 11 de marzo de 2004?

Creo que no ha habido ni hay voluntad de encontrar a los asesinos, ni en el centro de la Tierra ni en la superficie. Ya dijo Aznar que para encontrar a los autores "no hay que ir ni a desiertos lejanos ni a montañas remotas". Ni Aznar, como presidente en funciones, ni Zapatero durante siete años de interlocución con ETA, ni Rajoy, hasta hoy, han dado ninguna señal que nos haga pensar que el 11M, el hecho que truncó nuestro destino colectivo (paro, crisis económica, corrupción, separatismos, crisis de valores etc.) constituya para ellos una acción  prioritaria de Estado.

Resulta muy difícil comprender que el terrorismo, el principal enemigo del  Estado, haya dejado de ser combatido e incluso se haya configurado como interlocutor válido del mismo o como parte integrante de él. Jamás he visto a un servidor público gimotear o verter lágrimas ante las víctimas del terror  como lo hicieron recientemente ante el comunicado de tres encapuchados. Si las Instituciones no sirven para investigar y ajusticiar a los autores de una masacre que supuso un golpe de Régimen, ¿para qué sirve y a quién sirve el Estado? 

Esta reflexión, aparentemente  baladí, no es sino la principal razón de ser de nuestro Estado de Derecho. Si al enemigo lo tenemos en casa y no lo reconocemos como tal, estamos permitiendo la aniquilación (física y moral) de los individuos que conforman el Estado y por tanto la razón de ser del mismo. La palabra democracia no puede servir de tapadera para encubrir las más viles conductas individuales o colectivas.

Las palabras del presidente González, hasta ahora, no se han vuelto a repetir públicamente en lo que respecta a la investigación del 11M, en cambio, la supuesta investigación de los crímenes, deja patente la voluntad de no dejar pruebas (desguace de trenes, desaparición de muestras tomadas en los trenes, falsa mochila con metralla, desaparición de grabaciones etc.). ¿No huele muy mal toda la investigación y el único juicio celebrado hasta hoy? Y ¿Qué podemos pensar del archivo de las diligencias de la juez Coro Cillán?

Estamos a pocos días de que se cumpla el octavo aniversario de la masacre. Ignoro el tipo y la cantidad de actos que se celebrarán en memoria del luctuoso suceso. Como víctima vitalicia e involuntaria de la masacre quisiera que todos los actos colectivos expresaran la firme voluntad de Gobierno, Parlamento, Poder Judicial  y Corona de: investigar, juzgar y condenar a los autores verdaderos  de los crímenes de los Trenes de Cercanías. No hace mucho tiempo que escuchamos pronunciar al Rey esta frase: “Entre todos podemos”. Espero que sea aplicable al esclarecimiento del mayor atentado de España y de Europa.

De no ser así, corremos el riesgo de que se cumpla  la inevitable sospecha de que el atentado y todo lo derivado de él estaba "atado y bien atado".

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