A principios de año, la mayoría de nosotros nos proponemos nuevos retos y pequeños cambios, como apuntarse al gimnasio, comer más cereales integrales o dejar de fumar. Algunos de estos propósitos tienen que ver con habituales y erróneas asunciones sobre lo saludablemente correcto; otros, por el contrario, son acertados; asimismo, hay ideas y propuestas importantes que posiblemente no tenemos en cuenta. Éstas son las mías:
1. Vigila tus tentempiés
Muchos son los que cuidan sus comidas principales... y echan casi todo su esfuerzo por la borda con tentempiés nada saludables, altos en carbohidratos glucémicos. Tomar tentempiés durante el día es una buena idea para mantener los niveles de azúcar, siempre que sean moderados en lo relacionado con los carbohidratos y las calorías.
2. Toma algo de sol
Tomar algo de sol genera la vitamina D más duradera en el cuerpo y además es beneficioso para la salud emocional (efectos antidepresivos).
3. Haz ejercicio con un entrenador o un compañero
Hacer ejercicio es saludable; hacerlo hasta la extenuación a largo plazo no lo es. A la hora de realizar ejercicio con una rutina medianamente constante es muy importante la motivación. De ahí la relevancia de hacerlo con alguien, un entrenador o un compañero.
4. Haz un hueco para el té
Es difícil resumir la miríada de beneficios del té, en campos como el cardiovascular o el de la prevención del cáncer. Todos los tés vienen de la misma planta, y la clasificación en rojo, verde o blanco depende del tipo de procesamiento de las hojas. Entre los mejores tés del mundo están el blanco silver needle y los verdes matcha y gyokuro.
5. Adelanta tu horario de sueño
Compara el dormir de 10 de la noche a 6 de la mañana con hacerlo de 4 de la mañana a 12 del mediodía. Puedo apostar contigo a que te encuentras más vital, descansado y enérgico en el primero de los casos, a pesar de haber dormido las mismas horas. Algunos maestros budistas enseñan que trasnochar es una práctica antinatural, y, en efecto, el ser humano tradicionalmente se iba a dormir cuando se iba el sol.
6. Sigue una dieta antiinflamatoria
Lo cual se resume en reducir carbohidratos, especialmente los refinados, así como aceites vegetales ricos en Omega 6, aparte de asegurarse un consumo diario de proteína, vegetales y grasas saludables.
7. Desconfía de los cereales
De entre todos ellos, el trigo se lleva la palma en omnipresencia y posiblemente en perjuicios. Como explicaré en otra ocasión, el trigo ha sufrido múltiples cambios a lo largo de la historia, desde el einkorn hasta el triticum aestivum. ¿Las consecuencias? Dos rebanadas de trigo integral pueden aumentar más la glucosa que dos cucharadas de azúcar, es un alimento muy acidificante para el organismo y puede incluso provocar crisis esquizofrénicas en personas con este trastorno, como se ha venido estudiando desde la II Guerra Mundial.
8. Conéctate
No a internet sino a los demás. Piensa en lo fundamental que son las personas para enriquecer tu vida de un modo que ni el dinero ni el poder pueden sustituir. Haz prioritario el mantener el contacto con ellas.
9. Aprende a perdonar
Las personas que perdonan tienden a padecer menos depresión, ansiedad y mal humor, y tener una menor presión sanguínea.
10. Ríete
Son múltiples los beneficios que la ciencia ha encontrado en la risa. Por ejemplo, puede mejorar las úlceras en las piernas, reducir el estrés... ¡y está incluso asociada con un mayor colesterol bueno HDL!
11.- Asume que el día a día define tu vida
Las a veces inadvertidas rutinas acaban marcando la dirección de nuestras vidas. Sé consciente de que esos pequeños cambios pueden tener un enorme impacto en tu vida.
12. Aprecia el arte
No sólo se trata de visitar museos, aunque también, sino de apreciar la arquitectura de las calles, el cine o incluso el arte mismo que dibuja la naturaleza. Hacerlo estimula nuestra creatividad y, con ello, nuestra capacidad de descubrir y crear.