Con la falsificación de unas pruebas, la destrucción de otras pruebas y los falsos testimonios de testigos, dadas por buenas en el juicio, no se trataba de salvar a España. Simplemente se trataba de salvar al PSOE a toda costa.
El PSOE llevaba 8 años alejado del poder y había pocas dudas de que volviera a estar fuera del gobierno durante otros cuatro. Eso significaba los navajazos internos, la desintegración del partido y el sálvese quien pueda.
El 11M supuso un alivio momentáneo. Tras dos legislaturas socialistas vuelven a estar igual que entonces, pero ahora los españoles conocen mucho mejor a los socialistas. Pero España ha quedado hecha unos zorros.
Seguimos sin saber quien ideó y ejecutó los atentados del 11M, pero si que sabemos donde y quienes tramaron ocultar lo ocurrido el 11M. También sabemos que deben ser desemascarados y castigados. Lo serán más pronto o más tarde.
Una puntualización. En aquellos tiempos los papeles de los partidos Demócrata y Republicano estaban cambiados respecto a los actuales. Digamos que los demócratas eran más conservadores que los republicanos, porque ninguno se puede decir que haya sido alguno de izquierdas, a lo sumo, como en el presente de centro-izquierda.
Por lo demás, gracias por la recomendación de la película. No sé sin ella hacen referencia a la historia de los enterramientos en secreto del cadaver de Lincoln, odisea que no concluyo hasta principios del siglo XX.
La diferencia con España viene con que no murió el jefe del ejecutivo y que Aznar, dadas las amenazas claras contra el Estado de Derecho y la Democracia, no dio el paso de aplazar las elecciones -fue uno de los primeros pensamientos que me vinieron y que esperaba, y que, durante los acontecimientos del día 13, se reforzaron: tal vez hoy hubiera sido todo diferente.
A algunos nos importan un comino la altura o bajura de miras de los criminales, porque sabemos que no hay mayor injusticia que violar la Ley pretextando nobles fines. Por el contrario, no me atreveré a juzgar las intenciones de quienes actúan en el escrupuloso cumplimiento de la Ley. Eso es Estado de Derecho: los medios justifican el fin. Al revés es la barbarie.
El 11-M es paradigmático: malvados políticos nos han asesinado, mutilado salvajemente, y malvados políticos, refinando su maldad, pretenden taparlo. Es imposible que el sistema sobreviva a este segundo atentado.
A mil guerras iré por un asesinato no perseguido. A mil guerras iré por un no culpable condenado. Bendito remedio. En cambio, por unos criminales no creo que nadie mueva un dedo. Esto ya sólo se tapa con cabezas muy gordas clavadas de una pica. Al PSOE se le podría ilegalizar sin más que aprovechar debidamente la “memoria histórica”