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Amando de Miguel

Correcciones fraternas

En relación al comentario de María Antonia Iglesias sobre don Federico: “Es imprescindible barrerlo de la faz de la Tierra”. No me sale ningún comentario que pueda evitar el Código Penal o la buena educación que recibí en el colegio.

Ya se sabe que escribir es equivocarse. En los escritos no buscamos la verdad sino eliminar al máximo los continuos errores. Agradezco que los más enterados me los hagan ver. Aquí estamos para aprender. J.R. Iturriagagoitia me dice que en alemán "profesión" y "vocación" no se dicen con la misma voz. "Berufung" es "vocación"; "Beruf" se traduce como "profesión". Muy bien visto. Mi idea era que en alemán las dos palabras responden al mismo concepto. Esa confluencia explica muchas cosas, por ejemplo, la formidable potencia científica de los alemanes. Que conste que ambas palabras están relacionadas a través de su origen religioso.

Javier Velázquez sostiene que le suena mal el imperativo "desdíceme" al ser un compuesto del verbo "decir". La verdad es que el verbo "desdecir" es francamente irregular; por suerte se emplea pocas veces. Aunque, efectivamente, se conjuga como "decir", el imperativo no es "desdí" sino "desdice". Es lo que enseña la autoridad léxica, basada en el uso.

Hug Banyeres me corrige con razón. En latín no se dice "ombelicus" (como yo escribía) sino "umbelicus". Me confundí porque en castellano ha dado lugar a "ombligo". Como en tantas otras palabras, la raíz está en el sánscrito: "nabhis". De ahí "navel" en inglés y "Nabel" en alemán. Recordemos las "naranjas navel", las que tienen una apariencia de ombligo en uno de sus polos. En catalán clásico es "llombrigol" y en portugués "ombigo". Resulta delicioso el anacronismo de que, en muchos cuadros religiosos, Adán y Eva aparecen con ombligo. Lógicamente, esa cicatriz no la podían tener Adán y Eva, pues no nacieron de otra criatura. Pero estéticamente sería un atrevimiento privarlos de ombligo. Hay otra razón, digamos, sociológica. A partir de nuestros primeros padres el ombligo es el símbolo de la igualdad del género humano. Espero que don Hug me corrija si mi especulación teológica es demasiado atrevida o fantasiosa.

José Antonio Romera Gutiérrez se lamenta de la torpe crítica que ha recibido Federico Jiménez Losantos por parte de un antiguo colaborador, ahora afincado en Intereconomía. Certifico que ese colaborador es Enrique de Diego. Lo peor de su actitud insultante es que ha llamado a don Federico "inculto". Tengo yo escrito y dicho que don Federico es el presentador de la radio y de la televisión más culto que ha habido en España, y eso que los he conocido muy cultivados. Creo que no se trata de un ataque de Intereconomía contra esRadio, sino de una cuestión estrictamente personal. En estas mismas páginas don Federico ha dejado muy clara su interpretación del incidente. Otra cosa es el comentario de María Antonia Iglesias sobre don Federico: "Es imprescindible barrerlo de la faz de la Tierra". No me sale ningún comentario que pueda evitar el Código Penal o la buena educación que recibí en el colegio.

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