Mi amigo, el fotógrafo y Premio Nacional de Periodismo, Alfredo García Francés, me contó una historia sobre el grado de sectarismo de El País que, de no ser de primera mano, nunca hubiera creído.
Resumiendo mucho:
Allá por el 2000, mi amigo colocó en su mesa de trabajo una pequeña bandera española (constitucional) que le habían regalado unos amigos. Al poco, un directivo le pidió que la retirara, porque "molestaba a algunos compañeros".
Él alegó que había por allí banderas republicanas, palestinas y cubanas, y que a él no le "molestaba" ninguna.
Pasó el tiempo y el asunto se enconó tanto que llegaron a advertirle de que se estaba jugando el puesto de trabajo.
Al final, llegaron a un acuerdo: ¿retiraba su bandera si se quitaban todas las banderas de la redacción? Y así lo hizo.
El País, el año 2000, la bandera constitucional.
Tela.
Tela! Tenía que haber puesto también una cruz
En el país, la gente, hay mucho de lo mismo: en una biblioteca de una universidad había un pequeño decorado con un 'cuadrado mágico' cruci-grama criptocristiano; cuando esto último lo supo la persona que lo tenía puesto, enseguida desapareció misteriosamente (el cuadrado, no la persona :)