Seamos realistas: no hay dinero para apuntarse a las misiones internacionales que vayan surgiendo; y de hecho, no lo hay ni para seguir manteniendo las que tenemos en el exterior. Hay que decidir cuáles son nuestras prioridades.
GEES
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Urdin dijo el día 5 de Noviembre de 2011 a las 19:04:
No es por ser cruel pero la razón de nuestra participación en misiones internacionales no tiene que ver en conflictos que ni nos vienen si no en brindar la excusa perfecta al gobierno para alejar a mandos militares molestos que pudieran ser un estorbo para la política interna del Estado en cuestiones tan discutibles como la capitulación del Estado ante una banda de asesinos, como la capitulación del Estado ante ETA. El sistema ya se usó bajo la ocupación napoleónica cuando a sugerencia de nuestros "aliados" se tomó la decisión de enviar el ejército español a Dinamarca. Allí estaba bien mientras los franceses nos "aliviaban" de nuestras necesidades militatres en la propia España. Desgraciadamente veo muy poco espíritu crítico en todo este asunto y un entusiasmo digno de mejor causa, qué dice bien poco de la capacidad de nuestra clase intelectual para analizar las cuestiones relativas a la política internacional desde la óptica del interés nacional y no como gerentes de ese engendro autodenominado "comunidad internacional" qué no significa nada más que un cheque en blanco para no rendir cuentas ante el pueblo, teórico titular de nuestra soberanía, según reza nuestra Constitución.
No es por ser cruel pero la razón de nuestra participación en misiones internacionales no tiene que ver en conflictos que ni nos vienen si no en brindar la excusa perfecta al gobierno para alejar a mandos militares molestos que pudieran ser un estorbo para la política interna del Estado en cuestiones tan discutibles como la capitulación del Estado ante una banda de asesinos, como la capitulación del Estado ante ETA. El sistema ya se usó bajo la ocupación napoleónica cuando a sugerencia de nuestros "aliados" se tomó la decisión de enviar el ejército español a Dinamarca. Allí estaba bien mientras los franceses nos "aliviaban" de nuestras necesidades militatres en la propia España. Desgraciadamente veo muy poco espíritu crítico en todo este asunto y un entusiasmo digno de mejor causa, qué dice bien poco de la capacidad de nuestra clase intelectual para analizar las cuestiones relativas a la política internacional desde la óptica del interés nacional y no como gerentes de ese engendro autodenominado "comunidad internacional" qué no significa nada más que un cheque en blanco para no rendir cuentas ante el pueblo, teórico titular de nuestra soberanía, según reza nuestra Constitución.