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Estamos “chinicizados”

Cada gobernante tiene el hagiógrafo que se ha ganado. A Zapatero, en justo castigo a su perversidad, le ha tocado Suso de Toro. El gallego le dedica una sentida despedida a su hagiografiado en, como no, El País.

JoseARui dijo el día 4 de Noviembre de 2011 a las 16:56:

Buen artículo Don Emilio. Me he partido el culo a reír con sus palabras y eso siempre se agradece.

beltane dijo el día 4 de Noviembre de 2011 a las 10:57:

Pues tiene razón con lo de China, y se aplican el cuento.

Mira si no a quién han encargado el eslogan de campaña: a un chino.

Pelea, pelea, el chiquilicuatre chino, pelea, pelea.

Nunca han ido más allá de ahí. Es el miksmo cutrerío de siempre sólo que cantado en chino.

sync0711 dijo el día 4 de Noviembre de 2011 a las 09:51:

Suso lo considera, lo que ZP se considera a sí mismo, "un ungido".
Cuando Suso dice "no hizo un reconocimiento previo de lo intelectual establecido y lo establecido no lo reconoció", está parafraseando al evangelista San Juan cuando dice de Jesús "a lo suyo vino, y los suyos no le recibieron".
Tan alta era su misión (mesiánica) que no hemos sabido interpretarla ... y tal vez él (ZP) tampoco ha sabido calibrar nuestra torpeza ...
Un saludo

SansFoy dijo el día 3 de Noviembre de 2011 a las 23:47:

Don Emilio, es Vd. un hombre prosaico, un corazón de piedra.
¿Es que no tienen ni una pizca de sensibilidad ante la poesía, ante la caricia irreal de las palabras, despegadas del incómodo lastre de su singnificado?
Suso es un rapsoda. Un rapsoda pelma, no lo diré que no... cargante como una inflamación testicular... pero no debe ser medido por lo que dice, sino por cómo suena lo que dice.

Por eso es el hagiógrafo del Pasmo de León, quien ya dijo en su día que "la política no debe estar al servicio de las palabras, sino justo al revés".
Suso no percibe la realidad, porque la realidad le importa un higo:
Sólo quiere transmitir la vaporosa y bobalicona impresión de que su amo es la encarnación del Bien.
Y lo consigue, al menos para los pocos lectores lo suficiéntemente estultos como para leer su artículo sin reservarlo luego para la higiene íntima.

Un cariñoso saludo.

Monsieur