"El magnesio es necesario para más de 300 reacciones bioquímicas en el cuerpo. Ayuda a mantener una normal función muscular y nerviosa, los ritmos del corazón estables, contribuye a un saludable sistema inmunitario y mantiene los huesos fuertes. Además, el magnesio ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, promueve una correcta presión sanguínea y está involucrado en el metabolismo de la energía. Existe un incrementado interés en el rol del magnesio en prevenir y manejar problemas como hipertensión, enfermedad cardiovascular y diabetes."
Dicha enumeración, aunque a los no familiarizados con el magnesio les puede parecer sacada de la última publicidad de un suplemento de magnesio, es en realidad lo que el Instituto Nacional de Salud de EEUU afirma acerca de este mineral. Lo preocupante es que la deficiencia de este mineral está más que extendida no ya en los países más pobres, sino en los más desarrollados. En 2006, la OMS llegó a la conclusión de que la mayoría de la población mundial era deficiente en magnesio y se considera que más del 60% de norteamericanos la sufre. En EEUU se estima que en el último siglo el consumo de magnesio ha caído un sorprendente 50%. ¿Por qué?
- Moderna agricultura intensiva: con fertilizantes químicos tienden a reducir los niveles de minerales de las tierras de cultivo
- Mala dieta: el magnesio suele encontrarse en alimentos como vegetales de hoja verde o frutos secos.
- Aguas: los procesos de filtrado convierten, en comparación con antaño, muchas aguas en carentes de mangnesio.
Según el Dr. Mark Eisenberg, puede apreciarse una correlación epidemiológica: donde las aguas de consumo humano son más pobres en magnesio tiende a aumentar la mortalidad. Se sabe que los pacientes en una situación crítica suelen registrar niveles muy bajos de magnesio, lo cual les pone en riesgo directo de arritmia y ataque cardíaco. Se estima que el riesgo de muerte súbita de las personas viviendo en áreas con aguas ricas en magnesio es hasta 4 veces inferior comparado con las áreas con aguas pobres en el mismo. La OMS incluso cita decenas de estudios que confirman esta relación.
Además, podemos afirmar que el magnesio es el cofactor más importante (junto con la vitamina K2) de la esencial vitamina D, es decir, que la vitamina D no puede desempeñar sus funciones en el cuerpo sin niveles adecuados de magnesio. Este mineral puede definirse como el de la relajación muscular, por eso es crítico en deportistas y tiene tantas aplicaciones coronarias. Debido a este efecto, muchos de mis lectores suplementan magnesio para favorecer el sueño y recomiendo consumirlo siempre por la noche. Es necesario para la plasticidad neuronal o neuroplasticidad, por ello se requiere para la memoria. Siempre se le ha tenido al magnesio como un mineral muy importante para los huesos, pero pocos aún saben que el magnesio puede reducir los síntomas de migrañas. O que el Medical Hypothesis publicó en 2010 una interesante teoría entre el magnesio reducido y la incidencia de depresión así como el uso de este mineral en pacientes resistentes a los fármacos, referenciando casos clínicos desde 1921.
Sabiendo que necesitamos una enorme variedad de nutrientes, si suelo decir que el Omega 3 es una grasa maravillosa y la D una vitamina maravillosa, podemos afirmar que, sin lugar a dudas, el magnesio es un mineral maravilloso.