Daniel, ten cuidado con criticar la cultura española, no sea que te acusen de antiespañol, anglófilo y enemigo de la única iglesia verdadera.
Estas cosas tecnológicas son bastante recientes, si las comparamos con otras industrias: gasolina, medicamentos, centrales eléctricas, cementos y vituminosos, maquinaria pesada, explosivos, locomotoras de tren, estudios de arquitectura... Si ya es malo que un grupete de empresarios se pongan de acuerdo para formar un cártel, todavía es peor cuando uno de esos empresarios es el «Estado».
Da bastante pena pensar en la cantidad de avances técnicos y de calidad en los productos que podríamos estar perdiendo sólo por esta maldita obsesión de manter el «equilibrio» del mercado: impedir nueva competencia, repartirse los clientes, regular los precios, hacer «pactos de honor». Pena y asco.
No se de que se extraña el articulista.
Los concursos son del siguiente modo. La entidad pública llama a dos o tres marcas y lo habla con ellos, normalmente hay varios concursos de cosas distintas, la teléfonía, la iluminación, la megafonía etc. se ponen de acuerdo y se reparten los temas.
El aque queda acordado se lleva papel oficial para las condiciones y escribe el pliego de condiciones poniendo una descripción clara de su producto de modo que mo pueda entrar otro, ahora hacen las ofertas son necesarias tres ofertas, una la mejor la hace el que está asignado y las otras dos sobre el mismo producto las hacen empresas pequeñas que dependen del que ha ofertado con un importe algo superior, de modo que la asignación está hecha desde los despachos.
Exactamente a eso me refiero, Pepe514. Lo que estás describiendo es escandaloso, pero no te escandaliza lo más mínimo.